Redacción. El presidente de la Asociación de Pastores de Tegucigalpa, Mario Banegas, denunció que, durante la agresión sufrida esta tarde a manos de simpatizantes del partido Libre, las autoridades policiales y militares presentes en el lugar no brindaron ningún tipo de protección.
En una entrevista con el Noticiero Hoy Mismo, Banegas expresó su consternación: «Nos querían linchar», refiriéndose a los momentos de gran tensión vividos durante el suceso.
Banegas explicó que los pastores llegaron al Centro Logístico Electoral (CLE), en las inmediaciones del Infop, para realizar una oración por el proceso electoral, que había comenzado con el escrutinio especial.
«Íbamos con los pastores para orar para que este proceso pueda agilizarse de la mejor manera, ya que estamos viendo muchos disturbios y problemas en las calles. Lo que queríamos era pedir para que salga el resultado de quién es el próximo presidente de la República», detalló el religioso.
Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando un grupo de militantes de Libre comenzó a increpar a los pastores con insultos y acusaciones de traición, lo que rápidamente derivó en una confrontación violenta.

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Sin respuesta
A pesar de la presencia de agentes policiales y militares, Banegas señaló que no hubo intervención alguna por parte de las autoridades.
«Ellos no quisieron meterse en ningún momento. Ni la policía ni los militares hicieron nada. Fue la valentía de dos muchachos que nos ayudaron a salir de allí, ya que nos querían linchar», relató el líder religioso.
Agregó que fueron estos dos jóvenes, simpatizantes de Libre, quienes intervinieron para evitar una tragedia. La agresión dejó herido a Banegas, quien fue golpeado en la cabeza por un objeto lanzado por los agresores.
Aunque en un primer momento no se percató de la gravedad de la lesión, Banegas señaló que comenzó a sangrar tras el impacto, y fue uno de sus acompañantes quien le alertó de la herida.
El grupo de pastores evangélicos, compuesto por miembros de la Confraternidad Evangélica, se encontraba allí en un acto pacífico de oración, buscando pedir por la paz y el orden en el proceso electoral.
El suceso ocurrió frente a la mirada de las fuerzas de seguridad, sin que estas pudieran o quisieran intervenir para evitar la agresión. Tras el ataque, los pastores se vieron obligados a retirarse y continuar su oración a una distancia prudente, ante la amenaza de nuevas agresiones.

