Tegucigalpa, Honduras. Una profunda consternación ha generado entre allegados, compañeros de trabajo y autoridades del Sistema Nacional de Emergencias (911) la muerte de Francisco Javier Barahona Osorto, joven paramédico de aproximadamente 26 años, quien falleció el domingo 23 de noviembre en un accidente de tránsito ocurrido en las cercanías de la colonia Miraflores, en Tegucigalpa, Francisco Morazán.
De acuerdo con reportes divulgados por medios nacionales, Barahona murió de manera inmediata. La motocicleta en la que se transportaba impactó contra la parte trasera de una rastra. El fuerte impacto le provocó golpes internos y fracturas que derivaron en su fallecimiento en el lugar del accidente.

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Tras conocerse la noticia, el Sistema Nacional de Emergencias emitió un acuerdo de duelo. La institución lamentó profundamente la pérdida del joven, destacando que durante su trayectoria “se desempeñó con dedicación, compromiso y espíritu de servicio en favor de la población hondureña”. Las autoridades recalcaron que su responsabilidad y profesionalismo fueron un sello característico de su labor.
Personas cercanas al paramédico también expresaron su pesar y recordaron su vocación de servicio. Francia, una de sus allegadas, escribió un emotivo mensaje en el que resaltó su entrega y disposición para ayudar: “Lo que usted hizo por los demás fue extraordinario. Su entrega y profesionalismo, el darse a los demás. Jamás mostró malestar, ni incomodidad, ni cansancio”.
Otras personas que lo conocieron coincidieron en que Francisco era un joven dedicado y comprometido con su trabajo. “Una gran persona con vocación para la enfermería, muy entregado y responsable”, expresó un mensaje. Otro agregó: “Un paramédico con un alto sentido de compañerismo y muy profesional, una gran pérdida para el 911”.

