Redacción. Hoy, 30 de octubre, se cumplen 27 años desde que Honduras vivió una de las tragedias naturales más devastadoras de su historia, tal y como lo fue el paso del Huracán Mitch.
Este ciclón, formado el 22 de octubre de 1998 en el mar Caribe, alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, con vientos superiores a 285 km/h, y aunque perdió fuerza antes de tocar tierra, sus lluvias torrenciales y deslizamientos de tierra provocaron una catástrofe humanitaria sin precedentes en el país.

El huracán permaneció casi una semana sobre Honduras, descargando intensas precipitaciones que hicieron desbordar ríos, destruir comunidades enteras y cortar vías de comunicación.
Más de 9,000 personas perdieron la vida y alrededor de 8,000 desaparecieron. Toda la población hondureña se vio afectada de manera directa o indirecta: miles de viviendas, puentes, carreteras y cultivos quedaron destruidos, dejando gran parte del territorio nacional incomunicado y sin acceso a agua potable.
Impacto del Mitch
El impacto del Mitch no solo se midió en pérdidas materiales y humanas, sino también en la conciencia nacional sobre la vulnerabilidad del país frente a desastres naturales.
La tragedia puso en evidencia la necesidad urgente de fortalecer la gestión de riesgos y la prevención, así como de promover la solidaridad y la resiliencia de la población.

A pesar de la devastación, el pueblo hondureño se unió para reconstruir la nación, mostrando su capacidad de enfrentar la adversidad con unidad y esperanza.
Hoy, a 27 años de aquel desastre, el recuerdo del Mitch sirve como un llamado a reforzar la protección ante fenómenos naturales.
Impactos de huracanes y tormentas
Las autoridades y expertos en gestión de riesgo han trabajado para minimizar los impactos de huracanes y tormentas, pero los recientes ciclones que han afectado la región, como Melissa en la isla de Jamaica, demuestran que los fenómenos tropicales se están intensificando, un reflejo del cambio climático.
“Trabajemos juntos en gestión de riesgos para que esa historia no se repita”, advierte el director del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), Francisco Argeñal.

Se recuerda que la preparación y la prevención son esenciales para reducir pérdidas humanas y materiales frente a otro ciclón tropical.
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Según Argeñal, gracias a los avances en infraestructura y protocolos de emergencia, hoy es posible responder de manera más efectiva. Sin embargo, la memoria del Mitch sigue vigente como recordatorio de la importancia de proteger vidas y recursos ante los desafíos climáticos.

Honduras sigue reconstruyendo, aprendiendo y fortaleciendo su sistema de gestión de riesgos. El objetivo es que nunca más un huracán deje la huella devastadora que el Mitch dejó hace 27 años.



