Redacción. El candidato presidencial del Partido Liberal de Honduras (PLH), Salvador Nasralla, explicó este miércoles que su principal motivación para ingresar a la política no fue una ambición económica, sino la lucha contra la corrupción que, según afirmó, azota al país.
Durante una entrevista con varios medios de comunicación, Nasralla enfatizó que su ingreso a la política responde a un firme propósito de limpiar las instituciones del país y erradicar las malas prácticas que, a su juicio, son responsables del estancamiento económico y social de Honduras.
«Yo no entré porque me guste la política; tengo suficiente dinero para viajar 100 veces a Europa al año si lo deseo, y también para mantener a mi familia. Yo me metí para cortarles la corrupción», aseguró Nasralla.
De esta manera, el aspirante presidencial dejó claro que su motivación no es el poder ni la riqueza personal, sino el deseo de cambiar el rumbo del país. Nasralla destacó que todo su dinero ha sido ganado de manera ‘correcta’ a lo largo de años de trabajo.
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Improductividad
En relación con la situación dentro del Congreso Nacional, Nasralla criticó la parálisis legislativa que ha obstaculizado la discusión de temas claves para el bienestar del país.
Sin embargo, señaló que la discusión en el hemiciclo legislativo se ha centrado en aprobar presupuestos millonarios. Según el presidenciable, esto se hace sin la debida transparencia y con el objetivo de endeudar al país.
«Quieren aprobar un montón de millones de dólares, que están a la espera en la discusión del Congreso Nacional», reprochó Nasralla. Además, hizo un llamado a los partidos de oposición.
Señaló que, en caso de que el titular del Poder Legislativo, Luis Redondo, no convoque a sesiones, ellos deberían llevar a cabo una autoconvocatoria para reanudar las sesiones.
Para finalizar, el candidato liberal subrayó la importancia de que la ciudadanía se involucre en la denuncia de actos de corrupción dentro del gobierno. Aseguro que «a los ladrones hay que descubrirlos» y que en Honduras es esencial señalar públicamente a los funcionarios corruptos.
