Redacción. Ante la presencia de fuertes lluvias, la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO) ha decidido extender la alerta roja para el Distrito Central, mientras mantiene nueve departamentos en alerta amarilla y tres en alerta verde, incluidos varios municipios aledaños al río Ulúa.
La medida busca prevenir emergencias y proteger a la población ante posibles desastres naturales derivados de las precipitaciones intensas.

El Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (CENAOS) señala que la situación meteorológica se debe a la interacción de una vaguada en superficie con un sistema de baja presión en el Caribe y un disturbio tropical en el Pacífico.
Esta combinación de fenómenos ha provocado precipitaciones moderadas a fuertes, acompañadas de tormentas eléctricas, afectando especialmente las regiones suroccidental, sur, central y suroriental del país.
Autoridades locales y equipos de emergencia mantienen vigilancia constante, en alerta ante posibles evacuaciones y rescates.
COPECO informó que las alertas permanecerán vigentes por 24 horas a partir del mediodía del 14 de octubre, con monitoreo permanente de las zonas más vulnerables.

Además, se recomienda a la población evitar transitar por zonas de riesgo, especialmente cerca de ríos, laderas inestables y carreteras afectadas por derrumbes. Las autoridades llaman a la calma y a seguir las instrucciones de seguridad para reducir el riesgo de accidentes y pérdidas humanas.
Devastación por lluvias en Honduras
Las fuertes lluvias han provocado un caos generalizado en varias zonas del país, especialmente en el Distrito Central y áreas cercanas al río Ulúa.
Los deslizamientos y derrumbes de tierra han afectado carreteras, laderas y viviendas, dejando incomunicadas a comunidades enteras.

Entre las zonas más afectadas se encuentran varios sectores de la colonia Jose Duarte en la Ulloa, donde las fallas geológicas han generado interrupciones en el suministro de energía y agua. Además, hay muchas familias aisladas debido a caminos bloqueados por lodo y escombros.
Este martes se informó que un socavón de aproximadamente 10 metros de ancho y 12 metros de profundidad amenaza a unas 3,000 familias que viven en las colonias Dora de Asfura, Buenos Aires, Lomas del Sur y Reynel Fúnez, ya que constituye el único acceso a estas zonas, poniendo en riesgo la movilidad y la seguridad de los residentes.

Por otra parte, en municipios cercanos al río Ulúa, como Pimienta, Villanueva, Potrerillos, El Progreso y Santa Rita, la situación también es crítica.
Saturación de suelo
La saturación del suelo ha provocado deslaves que arrastran árboles, piedras y estructuras ligeras, lo que ha obligado a los residentes a abandonar temporalmente algunas viviendas por riesgo de colapso.
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Se reportan vehículos atrapados en caminos bloqueados y calles inundadas, lo que dificulta la movilidad y la llegada de ayuda.
Vecinos de las zonas afectadas describen la situación como desesperante y peligrosa, con ríos desbordados y laderas inestables que podrían generar nuevos deslaves en cualquier momento.
La acumulación de lodo y piedras en carreteras principales ha dejado varios barrios incomunicados, dificultando incluso la salida de emergencia de ambulancias y vehículos de rescate.

