Redacción. La falla geológica reactivada por las lluvias de la colonia Duarte de Comayagüela, continúa causando estragos en la capital, dejando destrucción y un creciente riesgo para las familias que habitan en la zona.
En las últimas horas, los movimientos de tierra provocaron el colapso de varias viviendas situadas en los bordes de la carretera que conecta con el Anillo Periférico, obligando a evacuaciones preventivas.
Vecinos reportan que las grietas en el suelo y las paredes se han expandido rápidamente, evidenciando la actividad constante de la falla.

Muchas familias permanecen a la intemperie tras perder sus hogares, mientras intentan rescatar pertenencias entre los escombros.
La situación recuerda al colapso ocurrido en el sector cuatro de la colonia Guillén hace algunos años, donde los daños y deslizamientos afectaron a un número similar de residentes.

Los escombros de las viviendas en la Ulloa han caído parcialmente sobre el Anillo Periférico, bloqueando carriles y dificultando la movilidad.
Autoridades municipales y equipos de emergencia trabajan para retirar los restos y restablecer servicios básicos, mientras los vecinos intentan proteger lo que queda de sus casas y sacar materiales útiles.
Deslizamiento de tierra
El terreno afectado corresponde a relleno utilizado en la construcción del Anillo Periférico hace más de 28 años, y especialistas señalan que la estabilidad del suelo se ha visto comprometida con el tiempo.
A pesar de haber soportado tormentas y pequeños deslizamientos en el pasado, la falla geológica ha alcanzado un nivel crítico, dejando a la colonia vulnerable a nuevos colapsos.

Las autoridades llaman a la población a mantenerse alejada de las áreas afectadas y a extremar precauciones. Al mismo tiempo, se evalúan medidas de mitigación y posibles reubicaciones para garantizar la seguridad de los vecinos.
Le puede interesar: Deslizamientos por lluvias amenazan a familias en la Ramón Amaya Amador
Por su parte, los residentes enfrentan la difícil tarea de reconstruir sus vidas tras perder sus hogares y pertenencias. Cabe recordar que la actividad geológica en esta zona de Tegucigalpa no es un hecho aislado, sino un fenómeno que requiere atención constante.



