Honduras.- La Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) señaló este martes que la creciente crisis de pérdidas de energía eléctrica en Honduras propicia que se cobren las tarifas de energía más altas de Centroamérica.
En su informe «¿Dónde está la energía?» presentado, se analizan los resultados del Programa Nacional de Reducción de Pérdidas (PNRP). Además, la ASJ detalló que para diciembre de 2023 las pérdidas de energía deben estar en 28%. Sin embargo, en lugar de disminuir han aumentado de 32% a 35% desde el inicio del programa en noviembre de 2022.
En tal sentido, la ASJ detalla que se ha reportado una leve reducción de pérdidas en la región de Francisco Morazán y El Paraíso. No obstante, en el resto de Honduras se registró un aumento, siendo 20 circuitos los que presentan la mayor cantidad de pérdidas.
La reducción de pérdidas también ha sido uno de los objetivos del contrato con la Empresa Energía Honduras (EEH), sin embargo, esta no habría cumplido con la disminución de pérdida proyectadas pese a haber recibido un millonario presupuesto.
Pérdidas históricamente altas
Según la ASJ, en la última década, Honduras ha sido el país con las pérdidas más altas de energía en Centroamérica.
Solo en 2022, las pérdidas de electricidad representaron 17,787 millones de lempiras ($726 millones), cifra que equivale al 67% del presupuesto de Salud para 2023.
Asimismo, entre 2016 y agosto de 2023, a EEH se le habrían pagado L26 mil 938 millones para reducir pérdidas de 31.95% a 14.95%, sin embargo, estas han aumentado a 35%.
El análisis expuesto por la ASJ también destaca que la crisis se ve reflejada en los bajos ingresos de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), ya que en 2023 ha recaudado 11% cada mes en comparación a 2022.
En tal sentido, la situación ha convertido a la ENEE en un «mal pagador», incrementando así el costo de la energía. Además, la ASJ señala que los bajos ingresos no han permitido invertir en redes de transmisión y distribución para garantizar servicios de calidad.
Carencias
Entre otras carencias reflejadas en el informe, la organización expuso que todas la líneas de acción para la reducción de pérdidas bajo en PNRP muestran grandes retrasos. Estos relfejan apenas 20% de avance en la ejecución de acciones planeadas para 2023.
De igual manera, señala que han habido más avances en acciones enfocadas en usuarios residenciales y medianos consumidores, atacando a los más pobres.
Por otro lado, se hizo mención a la falta de un medidor inteligente. Además, dieron a conocer que no se ha ejecutado nada de lo destinado a inversiones.
La queja surge debido a que sólo el 39% del presupuesto se utilizó para el pago de salarios y contratación de personal sin experiencia y conocimiento técnico.
Asimismo, la ASJ condena que el personal del PNRP recibe salarios dos veces más altos que los de sus similares en las Secretarías de Salud y Seguridad. «A pesar de los grandes salarios, los resultados del programa han sido pobres y nulos», cita la ASJ.
Finalmente, pese a que el PNRP cuenta con el presupuesto y recursos suficientes para dar resultados, ante el fracaso en el manejo de la crisis energética la ASJ recomienda a las autoridades concentrarse en circuitos con mayores pérdidas y altos consumidores, evaluar resultados, reducir personal y buscar nuevas estrategias.
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