REDACCIÓN. El exasesor presidencial Marvin Ponce advirtió que la apertura de relaciones diplomáticas entre Honduras y China ha generado malestar en Estados Unidos, lo que podría traducirse en consecuencias económicas y políticas significativas para el país centroamericano.
Según Ponce, el gobierno estadounidense no está satisfecho con la decisión de Honduras de establecer vínculos con China, lo que ha intensificado las tensiones. Este disgusto, sumado a otros factores, como la percepción de un gobierno inclinado hacia la izquierda, ha contribuido al deterioro de las relaciones bilaterales.
“Estados Unidos no está satisfecho con las decisiones de Honduras, especialmente por haber abierto relaciones con China. Esto genera recelo y demuestra que no estamos en una ruta de buenas relaciones con ellos”, aseguró Ponce.
El exfuncionario aseguró que la ausencia de Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, en Honduras, demuestra que la potencia norteamericana está insatisfecha con la línea ‘izquierdista’ de Honduras.
Consecuencias económicas inmediatas
Como parte de este deterioro en las relaciones, Ponce señaló que Honduras perderá temporalmente el acceso a la ayuda económica estadounidense durante un período de tres meses. Esto implica la pérdida de alrededor de 180 millones de dólares en programas de cooperación, así como la pérdida de 4,000 empleos.
Esta medida, de acuerdo con el analista, podría tener un impacto en la economía nacional, agravando las condiciones de vulnerabilidad en el país.
Política exterior
Ponce también criticó el manejo de la política exterior hondureña, señalando que el canciller Enrique Reina se encuentra más enfocado en aspiraciones políticas internas que en fortalecer las relaciones internacionales.
“El canciller anda en campaña política para ser designado presidencial, en lugar de priorizar la política exterior. Esto está llevando a que Estados Unidos nos vea como aliados poco confiables y casi como enemigos”, afirmó Ponce.
Ponce concluyó que estas tensiones con Estados Unidos y las decisiones recientes del gobierno hondureño podrían tener consecuencias graves para la estabilidad económica y política del país.