TEGUCIGALPA. Las librerías en el centro histórico capitalino aún se mantienen en pie y sus encargados aseguran que no cerrarán porque el negocio todavía funciona con normalidad pese a que la era digital está en su máximo esplendor.
Diario TIEMPO visitó las instalaciones de las librerías del centro con el propósito de constatar el supuesto cierre de varias de estas distribuidoras de libros, información que sin lugar a dudas fue desmentida.
Los encargados de las cuatro librerías ubicadas en el casco histórico aseguran que el comercio de libros ha bajado, sin embargo, no consideran cerrar los negocios porque todavía se vende.
BIBLIOTECAS VIRTUALES
En Honduras hay 588 mil 933 personas que gozan de acceso a internet, en contraste con más de 5 millones de personas que no tiene entrada a un espacio virtual, según el Censo de Población y Vivienda 2013 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
El departamento de Francisco Morazán, según el INE, registra una cantidad aproximada de 219 mil habitantes que sí acceden a internet y casi 917 mil personas que carecen de esa herramienta virtual.
En el país existen varias bibliotecas virtuales que facilitan el acceso a libros de literatura y textos académicos para el caso la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la Universidad Tecnológica (Unitec) y la biblioteca virtual de las letras en Honduras son los medios que los alumnos pueden utilizar.
En el extranjero destacan varias bibliotecas virtuales en países como México, Perú, Chile, Argentina, Estados Unidos, Brasil y España solo para mencionar algunas naciones con esas opciones.
Por otra parte, encargados de librerías capitalinas aseguran que la venta de ejemplares físicos nunca será desplazada por la lectura de textos digitales, sin embargo, señalaron que el “boom” de la era digital de alguna manera afectó el comercio registrándose menos afluencia de clientes.
Roberto Budde, periodista y lector, dijo que “jamás la tecnología desplazará a los libros”. No es lo mismo leer en línea que tener un libro físico, afirmó.
Indicó que las personas encuentran gratis los libros en internet y se les facilita “bajarlos” que comprarlos nuevos o usados. No descarta que a futuro “realmente desaparezcan las librerías”.
Irma Soto, empleada de una librería, comentó que las personas “jamás leerán una obra completa en línea”. Es más fácil cargar un libro físico que se puede andar para leer en todas partes, dijo.
De manera similar, estudiantes de la UNAH señalan que prefieren leer libros en físico, aunque sea costoso, porque protegen más su vista que cuando se exponen a leer horas seguidas de un ordenador.
POR COMODIDAD LIBROS DIGITALES
Kevin Amador, estudiante de Medicina, aseguró que prefiere un lector digital debido a la comodidad de cargarlo y lo accesible a muchos textos, al contrario de lo incómodo al llevar los grandes y pesados libros de su carrera.
Los capitalinos aseguran que la lectura digital es cómoda, sin embargo, no cambiarían por nada el efecto que les produce tomar un café mientras leen un buen libro físico.
DATO
La Librería San Pablo, la Navarro, la Guaymuras y la Soto son las cuatro ventas de diversas obras nacionales y extranjeras a disposición del público en general, ubicadas en el centro de Tegucigalpa.
Existe cada vez más la proliferación de las librerías en la calle que ofrece variedad de libros usados de literatura clásica y académicos a precios más accesible para los lectores.
CURIOSO
Se comprobó que personas que leen en dispositivos digitales retienen menos información que quienes leen libros físicos, según investigaciones de expertos de una universidad en Noruega.
La librería católica San Pablo ubicada en el centro histórico de la capital tiene una sucursal en un mal, donde está abierta los siete días de la semana.
Libros de García Márquez, Coelho y Amaya Amador, entre otros, están entre la literatura más vendida en las librerías de Tegucigalpa.
La venta de libros usados en la calle cada día va en aumento.
