Redacción. El siniestro de una aeronave ejecutiva ocurrido el pasado 2 de julio en el departamento de Gracias a Dios ha generado una ola de cuestionamientos, luego de confirmarse que el jet transportaba droga, a pesar de que las declaraciones oficiales de las autoridades inicialmente lo negaban.
Luego del accidente, las Fuerzas Armadas de Honduras (FF. AA.) informaron que desde el 30 de junio, tres días antes del reporte oficial del siniestro, habían iniciado una operación de búsqueda de una aeronave que, de acuerdo con información oficial, realizaba un vuelo no autorizado y había aterrizado de manera irregular entre los llanos de Warunta, Coco y Wisplini, en Gracias a Dios.
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Según el reporte de las autoridades, cuando lograron acceder al lugar del impacto el 2 de julio, debido a las condiciones climáticas adversas, reportaron que no se había encontrado droga ni cadáveres dentro del jet.
La inspección reveló la presencia de objetos como un iPad, un reproductor de discos, cuatro tanques de oxígeno y dos extintores. Además, se señaló que el número de registro de la aeronave había sido cubierto deliberadamente con pintura negra en aerosol, una práctica común en operaciones de narcotráfico.
Contraste
Sin embargo, la narrativa oficial empezó a desmoronarse al día siguiente, el 3 de julio, cuando un medio de comunicación local reportó, con base en fuentes militares, que en el interior de la aeronave se habían encontrado al menos 400 kilogramos de cocaína.
También se reveló que el jet habría despegado desde Venezuela y que habría sido tripulado presuntamente por dos personas de nacionalidad mexicana, quienes no fueron localizadas tras el siniestro.
El contraste alcanzó su punto más criticó este jueves 28 de agosto, cuando el exoficial de inteligencia de las Fuerzas Navales del Comando Sur de EE. UU., Jesús Romero, ofreció declaraciones a un medio local, contradiciendo tajantemente las cifras oficiales y asegurando que la aeronave transportaba aproximadamente 2,330 kilogramos de cocaína.
“La información que yo manejo, la aeronave, estaba cargando 2,330 kilos de cocaína que salieron de Venezuela y quedaron ahí en Gracias a Dios, en Honduras”, declaró Romero.
El exoficial fue más allá, señalando que en Honduras se estaría minimizando la amenaza del narcotráfico. Asimismo, advirtió sobre la persistente conexión entre Venezuela y Honduras en operaciones aéreas ilícitas.
Señalamientos
Según Romero, este cargamento tendría un valor aproximado de 64 a 65 millones de dólares. Además, afirmó que el Cartel de Los Soles ejecutó la operación. Según indicó, esta organización criminal está presuntamente liderada por el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
Según su testimonio, la aeronave fue cargada en Venezuela y voló directamente a Honduras antes de estrellarse. El exoficial también se refirió al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, Roosevelt Hernández, por supuestamente minimizar el hecho y desviar la atención hacia administraciones pasadas.
“El jefe del Estado Conjunto minimiza realmente lo que está sucediendo con el narcotráfico, y la posible relación con el cartel de Los Soles”, expresó Romero.
Romero también respaldó las declaraciones de la fiscal general de EE. UU., Pamela Bondi, quien afirmó que Venezuela paga por utilizar el espacio aéreo hondureño para el tráfico de drogas.
Hay un vídeo
Según el exoficial, estas afirmaciones deben servir de base para abrir una línea formal de investigación que esclarezca si existe una presunta relación entre estructuras del Estado hondureño y el narcotráfico.
Ante la consulta sobre los señalamientos de la fiscal general del «puente aéreo» en Honduras, el exoficial explicó que este cargamento estrellado en Gracias a Dios es una prueba de que todavía sigue activo este medio de tráfico de drogas.
«Si este avión llegó en julio, quiere decir que todavía está activo», manifestó. Además, el exoficial advirtió que este tipo de señalamientos por parte de las autoridades estadounidenses, si no son debidamente esclarecidos, podrían acarrear graves consecuencias para el país.
Por otro lado, Jesús Romero hizo referencia a un vídeo grabado por los tripulantes del jet, en el que se les puede observar sanos y salvos y muestran cómo el fuselaje se veía destruido y cubierto de lodo. “Sobrevivieron al aterrizar el avión” y huyeron, puntualizó.
Según el exoficial de inteligencia, la grabación constituye evidencia de un patrón sostenido de vuelos ilícitos entre Venezuela y Honduras, un hecho que, en sus palabras, “sirve para la transparencia de lo que ocurre desde hace años”.
Ni 400 ni 2,300 kilos: eran 52, según jefe las FF.AA.
En respuesta a estas palabras, el jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, compareció ante un medio local. El jefe militar informó que 12 días después del siniestro, las autoridades decomisaron únicamente dos fardos con alrededor de 52 kilogramos de presunta cocaína.
“Nosotros saturamos ese sector (donde cayó la aeronave). Creo que a los 10 o 12 días se decomisaron dos fardos. Para ser exactos, son alrededor de 52 kilos”, declaró Hernández.
También aseguró que las FF.AA. continúan trabajando para frenar el tráfico de drogas en el país. “Nosotros estamos trabajando para localizar a este traslado ilegal y evitar que entre a nuestro territorio nacional”, concluyó Hernández.
La discrepancia entre las versiones de las autoridades nacionales, medios de comunicación y expertos internacionales ha abierto otro debate. ¿Cuál es la profundidad de la infiltración del narcotráfico en el país?
