Redacción. Una nueva normativa emitida por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) de Honduras ha desatado un intenso debate sobre su posible impacto en la seguridad y la lucha contra el crimen organizado.
El reglamento, contenido en el Acuerdo SDN No. 061-2025, impone estrictas regulaciones sobre los sobrevuelos, los aterrizajes y el tránsito de buques extranjeros en el territorio hondureño.
El acuerdo, publicado en el Diario Oficial La Gaceta el 7 de junio de este año, obliga a todas las aeronaves (oficiales, humanitarias y militares) y buques de guerra a solicitar permiso con antelación. La normativa otorga a Defensa la potestad de determinar rutas y altitudes.
Además, prohíbe el uso de cámaras o sistemas de vigilancia sin autorización expresa. El analista político Héctor Corrales advierte que este protocolo podría aumentar el riesgo de filtraciones de información.

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Retroceso
La medida ha sido calificada como un retroceso por expertos en aeronavegación como Pavel Espinal.
Según Espinal, la regulación podría impedir que aeronaves extranjeras, en particular de Estados Unidos, asistan a vuelos de vigilancia locales o utilicen sistemas para interceptar naves del narcotráfico.
Espinal fue tajante en su crítica, afirmando que el reglamento envía un mensaje claro: «narcos welcome home, y gringos go home (narcos bienvenidos a casa, y gringos se van a casa)».

La publicación de esta normativa en un contexto de tensiones internacionales y en la antesala de las elecciones generales ha generado suspicacias entre analistas y políticos. El diputado del Partido Liberal, Marlon Lara, calificó la medida como un reflejo de «desesperación».
El congresista señaló que podría estar en conflicto con tratados bilaterales ya establecidos, como el de la base militar de Palmerola.
Analistas coinciden en que una regulación interna no puede contradecir la Constitución ni los tratados internacionales.
Aquí puede leer el reglamento.