Redacción. En un foro televisivo, se discutió de manera urgente la alarmante violencia de género en Honduras, centrando la atención en los femicidios que, en lo que va del 2025, ya han cobrado la vida de al menos 35 mujeres. La situación sigue siendo crítica, y el país enfrenta un panorama sombrío en el que las víctimas de violencia se sienten cada vez más desprotegidas y vulnerables.
El debate contó con la participación de destacadas panelistas que ofrecieron perspectivas y datos clave sobre este fenómeno, entre ellas Claudia Herrmannsdorfer, asesora legal del Centro de Derechos de la Mujer; Doris García, secretaria de asuntos de la Mujer; Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH; Deysy García, fiscal de homicidios del Ministerio Público, y Ligia Destephen, psicóloga especializada en el tema.
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Falta de protección y las barreras culturales
Uno de los puntos más preocupantes abordados durante el foro fue el sentimiento generalizado de desprotección entre las mujeres que han sufrido violencia. Muchas de ellas denuncian que, aunque se acercan a las autoridades, sus quejas y denuncias no son escuchadas, lo que las deja en una situación de vulnerabilidad. La falta de respuesta eficaz por parte de las instituciones encargadas de protegerlas es una constante que no solo perpetúa el miedo, sino también la sensación de impunidad.
Claudia Herrmannsdorfer señaló que los prejuicios de género siguen siendo un obstáculo importante en el camino hacia la justicia. «Los prejuicios culturales son tan fuertes que desarmarlos no es fácil. Nosotras nos enfrentamos a un sistema que defiende a los agresores, donde las defensoras son mujeres que representan a los hombres», explicó.
Según Herrmannsdorfer, uno de los problemas más graves es que no se han abordado las causas estructurales de la violencia de género, y el Estado no ha invertido lo necesario en atacar las raíces del problema, especialmente en el sistema educativo y la administración pública.
La urgencia de la investigación y la falta de recursos
Deysy García, fiscal de homicidios del Ministerio Público, subrayó que la situación es desesperante. «A diario enfrentamos el reto de investigar las muertes violentas de mujeres. Las cifras son alarmantes, estamos ante una emergencia nacional», indicó.
Para García, la inseguridad que enfrentan las mujeres es un asunto de gran preocupación y la justicia no parece llegar a tiempo para quienes más la necesitan.
Por otro lado, Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la UNAH, remarcó que «la voluntad política es fundamental» para implementar estrategias efectivas en favor de las mujeres.
Según Ayestas, las políticas públicas deben ser contundentes y mostrar un compromiso real con la seguridad y el bienestar de las mujeres en Honduras, ya que todas las mujeres pueden ser víctimas de violencia de género en algún momento de sus vidas.
Dimensión psicológica de la violencia
Ligia Destephen, psicóloga, aportó una visión fundamental sobre las consecuencias de la violencia de género en la salud mental de las mujeres. «La mayoría de las mujeres que sufren violencia no tienen acceso a la terapia adecuada.
Los efectos de esta violencia pueden manifestarse 15 o 20 años después», destacó. La falta de recursos y servicios de salud adecuados para las víctimas es otro de los grandes desafíos que agravan la situación.
Finalmente, Doris García, secretaria de asuntos de la Mujer, resaltó la existencia de la línea 114, un servicio gratuito y confidencial donde las mujeres pueden denunciar cualquier tipo de violencia de género. Esta línea es uno de los recursos más importantes para las víctimas que buscan apoyo y protección.
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