Redacción. Honduras continúa experimentando un alto crecimiento en su parque vehicular. A finales de 2024, el país superó los 3.3 millones de vehículos registrados, según datos del Instituto de la Propiedad (IP) y el Banco Central de Honduras (BCH).
La mayoría de los vehículos registrados son motocicletas, que se han convertido en el principal medio de transporte para miles de hondureños. Con más de 1.6 millones de unidades, las motos no sólo permiten una mayor rapidez en el tráfico, sino que también representan una fuente de trabajo y ahorro para muchas familias.
Detrás de las motocicletas, los pick-ups ocupan el segundo lugar, con más de 538,000 vehículos. No hay zona rural ni urbana donde no se vea una paila cargada de productos, herramientas o sueños.
Luego están los turismos, con cerca de 481,000 unidades, seguidos por las camionetas, que cada vez son más comunes en las calles, con casi 389,000.
En 2023, el parque vehicular de la capital registró 733,434 vehículos, de los cuales 392,644 fueron autos y 221,666 motos. En comparación, en 2022, fue de 677,405 unidades, que incluyeron 366,301 carros y 193,175 motocicletas.
Caos vehicular en Honduras
Aunque el crecimiento del parque vehicular refleja mayores oportunidades de movilidad y desarrollo económico, también plantea enormes desafíos. El 80 % de los vehículos funcionan a gasolina, lo que ha incrementado las importaciones de combustible y la presión sobre el medio ambiente.
Por otra parte, el tráfico en las principales ciudades, como Tegucigalpa y San Pedro Sula, se vuelve cada vez más denso y difícil de manejar.
Francisco Morazán y Cortés son los departamentos con más vehículos, concentrando casi la mitad del total nacional. Cada mañana, las calles de sus principales ciudades son testigos de una rutina marcada por embotellamientos, prisas y la búsqueda de soluciones que aún parecen lejanas.
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En cada motor que ruge hay una historia: la de quien va a su primer empleo en moto, la del agricultor que lleva su cosecha en una vieja paila, o la del padre de familia que, a pesar del tráfico, lleva a sus hijos a la escuela.