HONDURAS. Una persona de la tercera edad, mientras disputaba un partido amistoso de baloncesto, falleció por causas naturales en Tegucigalpa.
Se trata de un hombre que fue identificado como Carlos Pérez, de 53 años de edad.
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El suceso registró específicamente en un gimnasio de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
De acuerdo con los testigos, Pérez dijo sentirse mal durante el partido, por lo que tomó la decisión de beber agua. Luego de sentó y, de repente, cayó desplomado al suelo sin razón aparente.
Las autoridades forenses confirmaron que Carlos Pérez murió al instante debido a un fulminante paro cardíaco.
El Ministerio Público y los agentes de la Policía Nacional llegaron al lugar para acordonar la zona y levantar el cadáver. Los restos mortales fueron entregados a la familia que se procediera a darle la cristiana sepultura.
Muerte súbita
Investigadores de la UPV/EHU han participado en un estudio poblacional, basado en 288 autopsias realizadas en 25 provincias entre 2010 y 2017, en el que se concluye que la muerte súbita asociada al deporte tiene una incidencia muy baja, afecta a varones de mediana edad que practican deporte recreativo, es de origen cardiovascular y es difícil de predecir.
En este estudio multicéntrico, el mayor de estas características realizado en el estado y uno de los mayores de Europa, se investigaron 288 autopsias forenses realizadas en 25 provincias entre 2010 y 2017. El 98,6 por ciento de los casos eran varones. La incidencia fue de 0,38 casos por 100.000 habitantes y por año (0,82 entre deportistas habituales); la mayoría (54%) eran varones de entre 35 y 54 años.
Los deportes más frecuentes (el 96% recreativos) fueron el ciclismo (28%), el fútbol (18%) y la carrera a pie (17%). La muerte fue de origen cardiovascular en el 99 por ciento: cardiopatía isquémica (63%), miocardiopatías (21%) y síndrome de muerte súbita arrítmica (6%).
En los jóvenes, las miocardiopatías (38%) y la cardiopatía isquémica (30%), presente a partir de los 20 años, fueron las más prevalentes. La enfermedad se había diagnosticado en vida en 23 de los casos; se observaron antecedentes clínicos relevantes en 30 casos y factores de riesgo cardiovascular, principalmente obesidad, en 95.
El análisis toxicológico detectó sustancias cardiotóxicas (alcohol, drogas ilícitas y psicofármacos) en el 7 por ciento, y destaca la relación entre cannabis y cardiopatía isquémica aguda.
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