Redacción.- Un hombre australiano fingió su u propio secuestro para engañar a su pareja y así poder viajar con su amante, pero fue descubierto y estuvo cerca de ir a prisión.
Según medios internacionales, el sujeto pretendía la víspera de Año Nuevo con su amante. El sujeto de 36 años, identificado como Paul Iera, tendrá que realizar 350 horas de servicio comunitario y reembolsar el costo de la operación policial que se desplegó para encontrarlo.
La historia se remonta al pasado 31 de diciembre, cerca de medianoche, cuando Iera salió de su casa con la excusa de que iba a encontrarse con un «asistente financiero» en Dapto, al sur de la ciudad de Wollongong.
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Según el New York Post, apenas una hora después, su novia recibió un amenazante mensaje de texto que decía que Paul había sido secuestrado. El escrito, que se hizo público, incluía una demanda de rescate inusual.
«Gracias por enviarnos a Paul. Lo mantendremos con nosotros hasta la mañana, cuando nos entregue su bicicleta y daremos por saldada la deuda», decía el texto. Más tarde, se descubriría que fue enviado por la amante de la supuesta víctima.
Temiendo por su integridad, la mujer se contactó con la policía local, que rápidamente comenzó a investigar el caso, partiendo por revisar las imágenes de las cámaras de vigilancia y entrevistando a posibles testigos.
Llamó a su padre
Mientras tanto, Iera llamó a su padre por teléfono, le indicó que lo secuestraron y que lo liberarían en Wollongong. Con esta información, la policía llevó a cabo un amplio operativo con un equipo especial, creyendo que podía estar de rehén en su camioneta, pero al inspeccionar el vehículo lo encontraron solo.
Paul Iera aseguró que lo raptaron varios hombres «desconocidos del Medio Oriente». Días después la policía pudo obtener imágenes de cámaras de seguridad, en las que se le veía junto a su amante en la noche del incidente.
Con su coartada desmentida, a Iera lo pusieron a disposición de la Justicia. Finalmente se determinó que deberá pagar 16 mil dólares australianos a las autoridades. Esto por las 200 horas que dedicaron a investigar su falsa desaparición.
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