ESPAÑA. Una mujer denunció que se quedó sin el amparo de la Ley de Violencia Machista, porque su expareja se cambió de género. Diremos que ahora ya no se le conoce como Agustín, sino como Julia.
Este caso, parece sacado de una película de Hollywood, sin embargo, la documentación oficial la sostiene. La afectada, denunció a las autoridades los golpes, abusos, insultos y agresiones, el pasado 15 de agosto.
Es así, que se tramitó como violencia doméstica. No obstante, la denunciante se quedó sin poder solicitar una orden de alejamiento, pues las autoridades consideran que ahora se trata de un caso de hermanos.
El colmo
Curiosamente, la denunciante continúa viviendo en la misma casa del agresor, ya que una jubilación no contributiva le impide irse.
Antecedentes
La pareja comenzó su noviazgo en 2011 y ambos venían de otras relaciones. Es así, que encauzaron la suya con una “madurez de dos personas que rebasaban la barrera de los 50 años”.
Pero en el 2020, según relató la denunciante, Agustín comenzó a cambiar. “Quería ponerse ropa interior femenina en momentos íntimos, pensé que podía ser fetichismo, pero después me decía que se sentía mujer y me pidió permiso para hormonarse”. Nunca ha querido cambiar de sexo, detalló.
Fue así, que llegó un momento en el que la denunciante quiso darle fin a la relación. “Le dije que, si él quería ese camino, yo le acompañaría, pero como amiga, nunca como pareja, porque soy heterosexual”, detalló.
Agustín no aceptó y comenzaron los problemas, indicó la mujer, quien además tuvo que poner un candado en su puerta.
El punto de inflexión se produjo el propio 15 de agosto, cuando la mujer llegó a su casa tras pasar la tarde cuidando de sus nietos. De repente, encontró el candado de su habitación forzado y todas sus cosas revueltas.
Violencia
Inmediatamente fue a pedirle explicaciones a Agustín. “Después de decirme ‘a callar, coño’, empezó a darme empujones, golpes, me intentó quitar el móvil, yo tenía sangre y arañazos”, comentó.
Agregó que es consciente de que cuando una mujer es víctima de violencia hay derechos, así que fue al hospital para hacer constar las lesiones y poder así, realizar la denuncia.
Sin embargo, no se pudo, debido a que Agustín se había cambiado de género cinco meses antes, en marzo. “Cuando me senté delante del agente me comunicó con sorpresa que mi expareja tenía, ahora, nombre de mujer a efectos oficiales”, dijo.
Según la documentación, Agustín pasó a llamarse Julia el pasado 28 de marzo en el registro civil, tras haberlo solicitado un mes antes.
Además, en aquella primera visita, presentó el correspondiente peritaje psicológico que acreditaba que llevaba dos años con la intención de modificar su género y con los informes que demostraban que estaba hormonándose.
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