PANAMA. –El presupuesto planteado por el nuevo Gobierno de Panamá para 2020 es menor que el precedente, una situación inédita en un país que intenta recuperar el ritmo de crecimiento rampante, líder en Latinoamérica, que vivió por cerca de un lustro y que encara un período de «austeridad».
«Hay que amarrarse los pantalones», repetía el fin de semana el presidente Laurentino Cortizo. Este asumió el poder el pasado 1 de julio para el período 2019-2024.
El gobierno de Cortizo pretende con su plan para combatir la pobreza en 300 de los 671 corregimientos del país. El Proyecto está enmarcado en su programa de «austeridad con eficiencia».
El presupuesto presentado para 2020 es de 23.316 millones de dólares, 350 millones por debajo del año 2019.
Lo entregó al Parlamento unicameral. En esta instancia Cortizo tiene amplia mayoría con su Partido Revolucionario Democrático (PRD).
Es la primera, que un presupuesto nacional es menor que el del año precedente, destacaron a Efe economistas. Ellos son Rolando Gordón, exdecano de la facultad de Economía de la estatal Universidad de Panamá; también el analista Adolfo Quintero.
El 50,6 % del presupuesto se destinará al gasto del Gobierno central, el 18,1 % a inversiones y el 31,3 % a la deuda pública. Las áreas con mayores asignaciones son los servicios sociales (10.192 millones de dólares), los servicios financieros (3.371 millones de dólares) y las infraestructuras (1.869 millones), dijo el Gobierno.
«La actual Administración heredó niveles de déficit fiscal que superan más del doble de lo que permite la Ley. Y, además, obligaciones por pagar al 31 de diciembre de 2018 por aproximadamente 1.100 millones de dólares», argumentó el Ejecutivo.
HAY UNA CORRECCIÓN DE LAS CUENTAS PÚBLICAS
Para el analista Quintero el presupuesto de 2020, que debe ser aprobado por el Parlamento, «es realista» y sincera las cuentas públicas después de que la anterior Administración de Juan Carlos Varela (2014-2019) «inflara la expectativa de ingresos de 2019 para poder aumentar los gastos».
«Se ha entrado en un proceso de corrección necesario, como también fue necesario recortar este año los gastos por 1.400 millones de dólares», recordó el analista.
El fisco panameño depende principalmente de los ingresos tributarios -que se han debilitado en los últimos años por la caída de la actividad económica y una recaudación ineficiente- y de los aportes del Canal de Panamá, que se han multiplicado tras la puesta en operación de la ampliación a mediados de 2016, un panorama que se puede ensombrecer por la guerra comercial entre EE.UU. y China.
