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viernes, abril 19, 2024

HISTORIA HUMANA: Manuel Zelaya, periodista de día y taxista de noche

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Un beatlemaniáco, motaguense de corazón, amante de las motocicletas, hijo, padre y ciudadano ejemplar. ¡Y por si fuera poco taxista y periodista!, en esta entrega Diario Tiempo Digital les presenta al polifacético Juan Manuel Zelaya Cerrato. 

Por su carisma ha conseguido —además de aprecio, afecto y admiración— ser bautizado por sus amistades con varios apodos. Entre ellos Manuelito, Manolo, Periodista Estrella y su mote favorito: Lennon (al igual que el mítico compositor ingles Jhonn Lennon).

Oriundo del departamento de El Paraíso, este ejemplo de superación nos relata que la vida es bella pero difícil, y más aún cuando se busca ganarse la vida honradamente. Desde su centro de trabajo Hondured, nos relató con voz enérgica y alegre, la moneda que el destino le dio. Con 26 años como conductor de taxi y 11 de periodista, Zelaya Cerrato  es una Historia Humana.

Hiperactivo y soñador

Eran pasadas las 5 de la tarde, y el eco producido por el candente debate de su programa Central de Denuncias inundaba su trinchera, estaba como «pez en el agua», debatiendo varios problemas de Honduras junto a sus televidentes y su compañero de trabajo, Douglas Carranza. Aunque su agenda es apretada (pues tiene dos trabajos) nos explicó detalladamente su andar por la vida.

Es el tercero de ocho hermanos en un matrimonio formado por el comerciante Juan Manuel Zelaya Flores (QDDG) y la maestra Edna del Carmen Cerrato Sevilla. «Me ganaba mis fajeaditas porqué me encantaba el fútbol, por eso soy Motagua», recordó. Mientras suspiraba y exaltaba que siempre tuvo admiración de la magia emitida por la pantalla chica.

Ya en su juventud, su primer trabajo fue en una fabrica de trapeadores, luego pasó a laborar como salvavidas. Asimismo, llegó a ser empleado de una cooperativa para después conducir un taxi. «En la cooperativa conocí a la madre de mis hijos, José, Manuel, Juan y  Betsabeth, que es la pequeñita», explicó.

El polifacético Manolo aconseja a los futuros periodistas diciéndoles que no se vendan, porqué la «ambición rompe el saco»

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José Manuel Zelaya ¡a tu pasión!  

«Los sueños hay que cumplirlos cuando se puede», aconsejó mientras narraba que “taxiaba” por las noches y estudiaba en el día. «Fue difícil, pero llegó el gran día, logré mi sueño anhelado, ser periodista y como lo quería, para la televisión», detalló mientras rememoraba que dio sus «primeros pininos en una radio».

«La radio no era mi pasión, el área que me encanta es la televisión, me dije: hay que buscar», indicó. «Conocí al licenciado Aníbal Calix, él me dio la oportunidad de trabajar por primera vez en JBN noticias; era el presentador del noticiario estelar», aludió.

Aun sin culminar su carrera, Manuelito tenía claro su destino y ya se desenvolvía en los medios.

«Sentí como que miraba al mismísimo Satanás»

Aunque estaba viviendo su sueño, recuerda —como si fuera ayer— su primer día frente a las cámaras, de hecho asegura que con tanto pánico «estaba mirando al mismísimo satanás». Era su primera vez y aunque intentó hablar, el pánico y la ansiedad lo doblegaron por unos instantes. Después de alentarse «arrancó» para decir adiós al miedo.

Porqué la práctica hace al maestro, el periodista tuvo que pararse frente a un espejo para entrenarse. «Aún no pasaba las clases de televisión en la universidad, era lógico ver que no podía con aquello», relató. Decidido a mejorar, reveló que tomó como ejemplo la soltura de los periodistas Renato Álvarez y Rodrigo Wong Arévalo, eso si, buscando su propio estilo.

«No tengo porqué imitar a nadie, admiro mucho a Jorge Ramos y Fernando del Rincón, son buenos periodistas. Un profesional no debe pensar en imitar, debemos ser reconocidos por nuestro propio trabajo».

Se abre paso en los medios

En la gráfica “Lennon” junto al veterano catedrático Miguel Martínez, persona a quien admira y le está eternamente agradecido.

Con la experiencia adquirida en JBN, Zelaya comenzó a trabajar con sus propios catedráticos universitarios. Ellos fueron Saúl Morales en RCN Canal 45 y con el licenciado Miguel Martinez, llegó a ser coordinador de prensa en Tegucigalpa TV. Posteriormente llegó a dirigir el Canal 24 de Danlí, medio propiedad de su familia.

«El dueño era mi primo, Luis Mendoza, desafortunadamente es uno de los tantos casos que gravitan en la impunidad, porqué hay muchas personas de medios que han sido asesinadas», lamentó.

Su llegada hasta su actual trinchera, fue larga porque conducía un taxi por la mañana y estudiaba entre ratos libres. Después de muchos sacrificios culminó la carrera y llegó hasta Hondured donde realizó la práctica para quedarse hasta la fecha.

«Gano poco pero de una manera honesta»

«Terminé mi carrera con algunos años encima, y es el consejo que le doy a la gente, no piensen que la edad tiene que ver para estudiar, lo hice de 40 años y lo logré. Lo mío era una pasión por lograrlo, sabiendo que el divino creador me dio la oportunidad de vivir», explicó.

Ante la interrogante ¿cómo hace para ser periodista y taxista?, «Manuelito» explicó que trabajar de «una manera honrada y con amor al país y la profesión es hacer algo limpio”. Además, «en esto se da para que usted tome dinero mal habido, pero eso me convierte en un mercenario de la comunicación».

«Gano poco pero de una manera honesta, la otra actividad (conducir el taxi) la hago hace 26 años», dijo. Asimismo, explicó que tal oficio le deja ganancias extras «es una pequeña empresa de transporte VIP, con las dos cosas me divierto», enfatizó.

El mensaje para sus colegas 

«Mi consejo a los futuros periodistas y los que ya ejercen es que se apeguen a la ética, no caigamos en el error de muchos donde su pasión de servir se convirtió en mercaderia, el país necesita periodistas que hagan su labor, los cambios en el país se pueden conseguir desde los medios de comunicación, es lo que es, mucho no se dice y eso afecta», encomendó.

Del mismo modo se despidió recordando que «Dios siempre provee y no los dejará de la mano, recuerden la ambicion rompe el saco», en ese orden de ideas señaló que «los políticos son sucios y nuestro deber es atacar la injusticia».

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