HISTORIA HUMANA – Héctor Aguilar, el bombero apasionado por la cocina

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Héctor Aguilar
Héctor Aguilar es un ser humano soñador, que vive el día día trabajando por cumplir sus metas.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. “Soy un hijo de Dios, un luchador que poco a poco va logrando sus sueños”. Así es como se describe personalmente el bombero Héctor David Aguilar.

El originario de Valle de Ángeles, uno de los municipios de Francisco Morazán preferidos por los capitalinos, realizó sus estudios en la Escuela Héctor V. Medina. Posteriormente, cursó su educación media en el Colegio Adventista Maranatha y menciona que desde pequeño su mayor deseo era ser bombero.

“Mi sueño era ser bombero, siempre me gustó la labor de ayudar a todos aquellos que lo necesitan”, expresó el que es jefe de operaciones en la estación de Valle de Ángeles; misma que cubre ese municipio, San Juancito, Quebrada Onda y parte del sector del parque nacional La Tigra.

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Héctor Aguilar es un bombero soñador, que vive el día día trabajando por cumplir sus metas.

Reveló que se levanta a las 7:00 de la mañana, media hora después va a dejar a dos de sus tres hijos a la escuela. Diez minutos antes de las ocho de la mañana llega al cuartel a colocarse su uniforme, para iniciar con sus labores diarias.

Asimismo, mencionó que por el puesto que ocupa le toca asumir el mando de la emergencia y moverse de manera inmediata al lugar donde se presente un problema que tengan que resolver. “Si ocurre una emergencia en horas no laborales, hay que llegar a ese lugar y tomar el mando de la operación”, dijo.

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Bombero que quiere tener su propio restaurante 

El bombero hondureño es un apasionado por la cocina en sus días libre.

Héctor Aguilar inició sus estudios de pregrado en la Universidad Católica de Honduras. Pero esa etapa de su vida solo le duró un semestre, ya que se dedicó de lleno a ser parte del cuerpo de bomberos. Sin embargo, lo que no deja a un lado y es la otra disciplina que lo apasiona, es la gastronomía.

“Siempre he sido amante de la cocina, de pequeño me gustaba ayudar a mi mamá y mi abuela con lo que ellas hacían de comer. Siempre me llamó la atención la cocina”, comentó. Del mismo modo compartió que él le cocina a su familia y hasta a sus compañeros.

Actualmente se encuentra estudiando para ser chef en una academia de Tegucigalpa. Él asiste a clases los días sábado y algunos miércoles en horas de la noche. De igual forma, fue sincero a decir que su fuerte son las pastas.

“La carrera está distribuida por módulos, cada clase dura cuatro horas y en ella aprendemos sobre distintos cortes de verdura y frutas. En cada sesión uno mira diferentes tipos de comida de la gastronomía italiana, peruana, hondureña”, subrayó.

Igualmente, dijo que al finalizar cada módulo, los estudiantes deben de preparar platillos como si fuesen a servirse en un restaurante.

Contó que su meta es abrir un restaurante en Valle de Ángeles y poder dedicarse a él en sus días libre. “Mi meta, mi sueño es a futuro poner un restaurante. En mis días libres poder ocuparme de mi restaurante y de esa forma llevar a mano las dos profesiones”, recalcó.

De tal manera, que este sueño de poner un restaurante lo ve hecho una realidad de aquí a unos cinco u ocho años. En caso de que él no pueda estar a cargo, quien lo administraría sería su esposa, pero no esconde que le apasiona todo lo relacionado con la cocina.

Su aspiración 

Por otra parte, este hondureño no se conforma con estar donde está, ya que añora poder convertirse en Comandante General en un futuro no muy lejano.

“Aspiro a ser comandante de bomberos, pero sé que tengo que seguir avanzando en cuanto a conocimientos, trabajo y realizarlo de la mejor manera. Siempre hay obstáculos pero eso lo motiva a uno a ser mejor más adelante”, expusó.

No solo apagan el fuego

Sumado a lo anterior, Héctor Aguilar relató que para ser bombero se necesita aprobar un curso básico, luego estar un mes en el batallón de artillería ubicado en Zambrano. Pero, como dato extra, él declaró que fue voluntario de esta institución de 2003 a 2007, desde los 13 hasta los 17 años de edad.

A su vez, aseguró que la labor de un profesional de esta institución es importante en todas las sociedades porque a lo interno no solo se dedican a apagar incendios, sino que son muchos más retos a los que hay que enfrentarse.

Un personaje con pocos miedos

“Mi único miedo son las serpientes, cuando vamos a las montañas uno se las encuentra, pero hay que ser fuerte para poder enfrentar estas situaciones”, contó.

Héctor Aguilar (de casco blanco) en labores de rescate durante una operación de emergencia.

Sobre si le tiene miedo al fuego, él indicó que no y que, de manera sorpresiva, en su otra pasión también hay fuego de por medio. “Son riesgos similares pero es más difícil el ser bomberos por la labor que estos realizan”, enfatizó.

Aguilar, añadió que le gusta más la convicción del fuego, porque le atrae la adrenalina que se siente al momento de llegar a apagar las llamas.

Agradece a Dios por las veces en las que se ha enfrentado a situaciones extremas. Aunque, relató qué solo una vez tuvo un percance en el que se le quemó una de sus mangas.