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jueves, abril 25, 2024

HISTORIA HUMANA: Doña Irma Marina Sierra elabora coronas de muertos para sobrevivir

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Tegucigalpa, Honduras. Hasta una pequeña casa hecha de madera sobre una loma de la colonia Rafael Leonardo Callejas, Comayagüela, llegó Diario Tiempo Digital para conocer la historia de doña Irma Marina Sierra, quien a su avanzada edad se dedica a realizar las tradicionales coronas de muertos, que coloca la gente a sus familiares en su día.

Debido a que las «coronas de muerto» tienen una temporada específica también hace piñatas.

Doña Marina tiene un semblante serio, sin embargo, es de carácter amable y accesible. Al llegar a su hogar, doña Marina salió a nuestro encuentro y junto a ella un perro que cuida la casa y hace compañía a sus dueños. Pues, «al crecer los hijos, formaron sus hogares y se fueron».

Al ingresar al hogar, el cual en algunos días también se convierte en un pequeño taller de elaboración de manualidades, doña Irma comienza a relatar su historia:

«Yo nací en el año 1941», afirmó, no obstante le tomó algunos minutos recordar la fecha exacta. «El 10 de abril» concluye tras pensarlo un momento.

«Yo soy de aquí de Tegucigalpa, toda mi vida, desde que nací he vivido aquí». Del mismo modo, añadió que creció solamente con su madre, pues era hija única.

«Tenía dos hermanos por parte de papá. Mi papá de vez en cuando llegaba a la casa, tampoco recibí el apoyo económico de él», explica doña Marina.

La difícil situación económica que enfrentaba su madre, solo permitió a Irma Sierra llegar a cuarto grado. Sin embargo, «en la escuela Monseñor Fiallos me enseñaron cuando era una cipota, yo creo que deje la escuela como en cuarto grado pero aprendí a hacer las coronas y las piñatas también».

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Parte de una tradición

Cada 02 de noviembre se conmemora en Honduras el día de muertos, fecha en la que las tradiciones hondureñas se enfocan en recordar a los difuntos.

En los diferentes rincones del país, familias acuden al cementerio para coronar a sus seres queridos fallecidos.

Para que esta tradición pueda llevarse a cabo, cientos de coronas comienzan a fabricarse a partir del mes de julio.

Según doña Irma, ella se ha dedicado toda su vida a la floristería, realizando diariamente una docena de coronas para el día de difuntos.

«Desde los 18 años comencé a trabajar para poder llevar sustento a mi hogar. Desde que comencé toda mi vida he trabajado en la floristería haciendo coronas para los muertos» destacó doña Irma.

Para este mes ya debía de comenzar la producción de coronas que se llevaran hasta los cementerios el día de muertos, sin embargo su salud se lo ha impedido.

«Yo este mes ya tuviera, lo que pasa es que he estado enferma y por eso no he podido», lamentó.

 

Un proceso con mucho riesgo

Doña Irma también explicó el proceso para la elaboración de cada corona, mismo que debido al espelmado de las flores suma algunos riesgos.

Su esposo, le ayuda en la creación del armazón para las piñatas y coronas, asimismo se encarga de transportar la mercancía a los mercados.

Una vez cada flor este lista para comenzar a armar la coronas, las mismas deben pasar por espelma de candela para que duren mas tiempo.

«Nosotros nos quemamos toditos cuando estamos espelmando las flores», manifiesta doña Irma, y realiza el gesto de mostrar sus brazos.

«Una vez nos llevamos un susto, casi se nos quema la casa», recuerdan los señores. «Yo dije ¡Dios mio! ya nos quemamos», continúa doña Irma.

Ese día una amiga llegó a ayudar en la creación de las coronas, y luego de derretir la espelma, una de las tablas de su casa comenzó a quemarse, el fuego se propagaba rápidamente, explicaron.

También recuerdan, que gracias a su rápido accionar no pasó a mayores.

Sus cinco hijos solo la visitan «de vez en cuando»

Doña Irma tuvo cinco hijos, «hice esfuerzo para mandar a la escuela a cada uno, ahora no me ayudan en nada».

Asimismo, explico que «ellos viven aparte con sus mujeres, tuve cuatro hombres y una mujer y de vez en cuando me llegan a visitar».

Aparte de criar a sus cinco hijos doña Irma se hizo cargo de una nieta desde los tres días de nacida. «Me la dio la mamá y yo le enseñé a ella lo que sé hacer. Ahora ella me ayuda», aseveró.

Cuando habla de su nieta, a la que educó como una hija se le dibuja una sonrisa en su rostro, pues se encarga de ella en su vejez.

«Yo hago coronas sólo para el día de finados pero si me buscan para otro día, pues también la hago» precisó doña Irma.

Por lo anterior, si desea encargar coronas o piñatas se puede contactar con doña Irma al teléfono 2289-1972.

«Me ha tocado vivir un montón de dificultades, ¡montón de dificultades! pero las he superado con la ayuda de Dios», concluye doña Irma Sierra.

 

 

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