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jueves, abril 25, 2024

HISTORIA HUMANA: Heberto Silva, vendió verduras en el mercado y ahora es chef

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Heberto Silva es un joven cocinero profesional desde hace 5 año. Él describe su carrera como grandiosa y le ha abierto varias puertas. Desde que tenía 6 años mostró interés por la cocina e inició como el ayudante de su abuela. Desde ese momento se dio cuenta que era su pasión y años después se convertiría en un gran chef.

“Es la mejor decisión que pude haber tomado. Comencé como ayudante de mi abuela, ella se encargaba de hacer comida para la gente que trabajaba en el Registro Nacional de la Personas. Ellos le encargaban y yo la ayudaba. Ella fue mi ejemplo a seguir en el asunto de la cocina”, contó en exclusiva a Diario TIEMPO Digital.

Sin embargo, el camino para lograr cada sueño en la vida tiene sus dificultades, pero eso no significa que lograr los verdaderos objetivos que tenemos sea imposible. Heberto, tuvo varias limitaciones antes de convertirse en cocinero profesional.

«Estuve vendiendo verduras en el mercado”

“Tuve muchas dificultades. Si bien ahora estoy estable, pero no siempre fue así. Recuerdo que hace exactamente 5 años atrás yo estaba a punto de irme nuevamente para El Salvador, ya que había estado allá en una temporada de 6 o 7 meses, en los cuales hasta estuve vendiendo verduras en el mercado”, narró.

Dos días antes que Heberto partiera hacia El Salvador, con sus maletas listas y sintiéndose decepcionado por la falta de empleo que frustra y limita a tantos hondureños con capacidades increíbles. Él, además, estaba pasando por una etapa bastante crítica y necesitaba laborar para llevar una vida estable económicamente.

Heberto, a pocas horas de tomar sus maletas y salir del país, revisó su correo electrónico y al revisar los últimos mensajes se dio cuenta que tenía una confirmación enviada por la Cooperación Suiza donde le anunciaban la entrega de una beca para estudiar cocina profesional. Heberto muy entusiasmado, no lo pensó dos veces.

“Recuerdo que revisé mi correo y me sale una confirmación de la Cooperación Suiza donde me avisaban que me habían otorgado una beca para poder estudiar cocina de manera profesional, entonces, justamente ese día volví a desempacar y me presente a realizar las pruebas que realizan ellos y me otorgaron la beca”.

Heberto
El camino para lograr cada sueño en la vida tiene sus dificultades, pero eso no significa que lograr los verdaderos objetivos que tenemos sea imposible, dijo Heberto Silva en exclusiva con TIEMPO Digital.

El gusto por la cocina lo llevó a creer en sí mismo

Estuvo sacar el curso de cocina un año completo en el Hotel Escuela Madrid, nunca se arrepintió porque estaba cumpliendo su sueño, con una profesión que cultivo aún más su potencial.

“Estudiaba de 12 del mediodía a 5 de la tarde, todos los días, ese era un compromiso bien grande pero valió mucho la pena. Además que es mi sueño, la cocina me ha dado todo lo que soy ahora. Yo antes no me consideraba tener tanto potencial para hacer una cosa como ahora”, dijo a TIEMPO.

Mientras cursaba su carrera como cocinero profesional o chef, en una ocasión pensó en retirarse porque en algún momento no se sintió “apto”, no creía en sus capacidades, pero su instructora le dio ánimos. La chef Karen Montoya, a quien describió como una persona digna de admirar por la forma de ejercer su profesión y tener el don de ver las capacidades en las personas que no las ven en sí mismos.

“Ella mira el potencial en las personas aunque uno mismo no lo note, ella me insistió, me ponía retos cada vez más difíciles. Yo, tal vez de manera inconsciente decía que esto era demasiado para mí, pero ella siempre decía que yo podía hacerlo”, comentó Heberto.

Creer en sí mismo

“Cuando miraba que podía hacerlo, y que se me hacía fácil entendí cuál era el verdadero motivo de tanta exigencia por parte de la chef, una persona demasiado capacitada, que me hizo ver lo que yo no miraba en mí”.

El apoyo que recibió lo hizo crecer porque empezó a creer en sí mismo. Muchas veces, dicen que hay dones, capacidades que tenemos que por la falta de confianza en lo que somos quedan en nada, pero hay personas que se encargan de animarnos porque creen en nosotros y ven nuestro potencial aunque no lo creamos, eso le pasó a Heberto.

Su confianza aumentó y logró graduarse como cocinero profesional. Al solo salir de la carrera de chef del Hotel y Escuela Madrid donde terminó de formarse, ya tenía un trabajo fijo en un restaurante muy conocido llamado Olivo y Vino.

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Heberto se convierte en cocinero profesional

Heberto tiene otras metas luego de conseguir convertirse en cocinero profesional; entre estas, dedicarse al catering, lo cual le apasiona porque siempre es un reto, además, se ve impartiendo clases de cocina a las personas que, como él, aman cocinar.

“Así es como empezó todo. Mi título de cocinero profesional. Tengo como meta poder tener mi propio negocio, pero ya no un restaurante o comedor, eso abunda bastante. Mi idea es el servicio de eventos o catering, porque me apasiona mucho trabajar bajo esa presión, atender grandes eventos de 100 o más personas. Me siento muy capacitado en hacerlo y me gusta ofrecer a las personas un buen menú, algo variado en calidad no en cantidad”.

El catering no es nada nuevo para Heberto, pues ya ha realizado varios eventos grandes tanto en iglesias como colegios y otros lugares donde se realizan eventos o celebraciones.

Heberto, en varias ocasiones solo ha pedido los gastos para comprar los insumos, o sea los alimentos que preparará, y su trabajo lo ofrece sin esperar remuneración económica. Prefiere, que si hay ganancias queden como donativo

“Me siento satisfecho, sobre todo, de tres eventos que hice para la Iglesia Sagrada Familia, por ejemplo, porque yo busco retribuir, me gusta servir y contribuir. Eso me hace sentir muy bien, ya que Dios bendice al dador alegre, eso hay que tenerlo claro siempre”, instó.

«Me gusta servir y contribuir»

“Si uno puede contribuir con pequeñas acciones, eso le abre muchas puertas a uno en el futuro”, señaló. Como cocinero profesional, siempre ha querido algo más, puesto que en muchos sitios no apoyan como se debe a la carrera de cocina, así como ocurre con otras.

A mediano plazo, Heberto tiene como objetivo poder brindar empleo a las personas que laborarán con él para ayudarles, ya que tiene la visión de un negocio que crezca y prospere, con la ayuda mutua. “Solo así uno puede crecer y hacer que nos vaya bien”.

“Quiero tener un gran equipo de trabajo ya que eso influye mucho, porque si no hay buena coordinación y comunicación dentro de un equipo lo más seguro es que todo se venga abajo. Mi idea para mejorar eso es trabajar bien, con personas competentes”, explicó.

La clave para tener personas competentes es el ejemplo de lo que los chefs vieron en él, recordó. Entre ellos, el chef Wilmer Rodríguez quien también influyó en su preparación como cocinero profesional. Rodríguez con su extensa experiencia en el arte de la cocina, con casi 30 años de ejercer la profesión, le dio muchos consejos.

«Me dijo que los más importante en una cocina es enseñar, porque cuando llega un cocinero a un restaurante, por ejemplo, este llega con sus conocimientos previos. No sabe cómo se trabaja dentro del local, entonces hay que enseñarle y eso lo he puesto en práctica muchas veces», señaló.

Platillos de calidad

Heberto ha trabajado como cocinero profesional en varios lugares donde ofrecen platillos de alta cocina. «En la Mansión del Novillero, laboré como parrillero auxiliar y luego parrillero permanente, todo gracias a él (Chef Rodríguez) que me enseñó muchísimo. Enseñar ayuda a laborar en equipo y mejora una sociedad».

Otro de sus proyectos es impartir clases y enseñar algunos de sus conocimientos en un taller de cocina. De esa forma, espera dar un poco de sí a la comunidad, compartiendo lo que ha aprendido para que otras personas puedan poner un negocio.

«Siempre tuve el rumbo de cocinar, ya sea para la casa, para amigos, eso viene de mi abuela. Yo me iba a El Salvador porque no tenía esperanzas de trabajar como cocinero en Honduras, porque no tenía un título que me avalara, con mis conocimientos empíricos no me permitirían hacerlo».

«Yo he hecho de todo, cortador de café, comprador de café, vendedor de verduras en un mercado, ayudante de mecánica, pero mi rumbo siempre estuvo enfocado en la cocina. El hecho de servir a las personas es algo que a mí me gusta, soy una persona bien altruista, estar ayudando a las demás personas, muchas veces sin pedir nada a cambio. Eso, es raro, incluso muchos me consideran tonto porque es lo que me gusta hacer, es mi forma de ser», dijo Heberto.

«El Toque Bar»

Uno de los proyectos en los que ha participado Heberto, es en la fundación del primer autobús móvil de comida conocido como El Toque Bar. El proyecto nació de una idea que uno de sus jefes, Manuel Toscano, vio en los Estados Unidos.

«Él vio el proyecto allá y le gustó, vino aquí y lo puso en desarrollo, armó el bus y pasó a llamar al chef Wilmer Rodríguez, pero él me recomendó a mí, ya que tenía otro proyecto. Iniciamos a hacer el menú desde cero, todo de maravilla y cuando menos acordamos ya teníamos el bus en la calle», comentó.

El primer punto donde laboraron fue en el Anillo Periférico, luego se ubicaron cerca de la Kennedy y otros sectores. La gente les agarro apreció rápidamente y los llamaban contrataban, los aceptaron por su calidad y buenos platillos catrachos.

«El Toque» fue aceptado muy rápido

«Nos buscaban a través de Facebook, todas las redes sociales, caímos muy bien por la calidad de los platillos, buen precio y buena atención brindada. ‘El Toque’ nació de una idea vista en EE.UU. y de la visión de una persona para desarrollarlo acá con un buen equipo», resaltó Heberto.

El Toque Bar incluso llegó a la ciudad de San Pedro Sula, donde también instantáneamente les aceptaron con mucho cariño. «Bromeábamos con ir a San Pedro. Un día llegué yo y les dije, ¿y el viaje, lo hacemos o no lo hacemos? El viaje nació de una broma y pasó a una realidad».

Por su excelente trabajo como cocinero profesional, Heberto ha asistido a varios medios de comunicación para mostrar su trabajo y hablar sobre ello con la población hondureña.

Heberto continúa con sus proyectos a futuro, con una actitud positiva y muy profesional sigue aprendiendo y desarrollándose como cocinero profesional, profesión que ama profundamente.


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