HISTORIA HUMANA – Alejandro Girón, un apasionado por el emprendimiento formado en Taiwán

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Alejandro Girón
Alejandro Girón, cuenta que vivir en Taiwán lo ayudó a crecer mucho como persona y a nivel profesional.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Alejandro Girón, con tan solo 23 años, es todo un emprendedor y visionario. Nació en Tegucigalpa y es hijo de padres caficultores de Lepaterique. Desde pequeño miraba campos llenos de cultivos de café. Siempre testigo del trabajo duro y eso es justo lo que ha hecho que alcance muchas de las grandes metas de su vida.

Alejandro recuerda que todos los años en el tiempo de la recolección del café, iba con su padre a desempeñar tan rigurosa labor. También les ayudaba con el inventario del café y con todos los pendientes relacionados con el negocio.

“Estudié en la Macris School de Tegucigalpa e hice mi escuela y bachillerato ahí mismo. Yo vengo de una familia donde somos cuatro varones, mi papá, mi mamá y tengo tres hermanos. Somos una familia grande e incluso mi prima y sus dos hijos vivían con nosotros, entonces nuestra familia es enorme”, relató.

Emprendedurismo familiar

Muy orgulloso de su familia Alejandro contó que el tema del café siempre ha sido parte de su familia. Puesto que su abuelo se dedicaba a la caficultura, lo cual es apasionante para su padre quien creció en ese mundo de la producción.

Alejandro es el menor de cuatro hermanos, quienes ya tienen sus vidas realizadas con sus familias. “Soy el chiquitín de la casa, él que vino casi diez u once años después que mis hermanos”, señaló.

“Mi mamá es originaria de La Ceiba, Atlántida, entonces todas nuestras vacaciones de diciembre, Semana Santa y para las vacaciones escolares, nos íbamos para la casa de mi abuela en La Ceiba», contó.

«En cuanto a mi padre, él viene de Lempira, de un pueblo que se llama Piraera y su padre también era caficultor. Es por eso que a mi papá le apasiona el café», agregó.

“Mi mamá se llama Ada Montoya y mi papá Hernán Girón. Mis hermanos son Max Girón, Miguel Girón y Hernán Girón. Con mi padre tienen una empresa y se dedican también a la distribución de productos en todo el país. En el caso de Miguel, él construye torres”, destacó.

Luego de hablar del emprendedurismo familiar que comparte, ya que todos son visionarios, y se enfocan en ser líderes en lo que hacen, Alejandro contó que desde que cursaba la secundaria le gustó la idea de experimentar y abrirse mundo en el extranjero para extender sus expectativas.

«Yo estaba enfocado y quería salir del país»

“A los 16 años empecé a ver la posibilidad de irme de irme fuera del país. En eso encontré intercambios AFS y pude irme un año a Francia, todavía muy joven. Esa era la primera vez que salía del país y resultó ser increíble».

Prosiguió diciendo: «Viví en Perigo, un pueblo francés. Ahí estaba la familia Martín que me recibió con los brazos abiertos, era una familia voluntaria. Nos llevamos tan bien que ellos vinieron a Honduras, tuvimos una bella experiencia y les encantó ir y que yo estuviera con ellos también en Francia. Tuve una hermanita, un hermanito, una mamá y un papá adoptivo en ese entonces”.

“Gracias a la experiencia en Francia abrí mi mente, yo quería seguir viajando, conocer gente, ponerme en una situación que estuviera fuera de mi zona de confort. Entonces por eso es que busque ir a Francia. Ya estaba casi por graduarme, en el último año antes de graduarme, y empecé a aplicar becas hacia los Estados Unidos, para Europa, en fin, becas para muchos sitios. Sin embargo, justamente cuando me gradué todas las opciones para las que opté eran demasiado caras y no eran becas completas”, cuenta Alejandro.

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«Taiwán cambió mi mente»

“Me metí a la universidad, pero yo estaba enfocado y quería salir del país. Quería tener más experiencias y ahí es cuando vi lo de las becas a Taiwán. Mi prima estaba estudiando en ese país y me dije ¿por qué no? Así que apliqué a Taiwán. Recuerdo que me dieron la respuesta que esperaba. Me puse a trabajar en un “call center” y así ahorré dinero casi por tres meses y ese agosto del 2015 logré lo que quería, viajar a Taiwán”, contó Alejandro.

Cuando a Alejandro lo seleccionaron para ir a Taiwán, por medio de las becas. Señaló que básicamente le tocó escoger la universidad. La beca Taiwán ICDF era completa y le pagaba el lugar donde se hospedaría para recibir sus clases.

“Cuando me dieron esa beca, escogí estudiar la carrera de negocios en Administración de Empresas ¿Por qué escogí esta carrera? Pues yo lo vi desde la perspectiva de mi familia. Así como mi padre que es un emprendedor, lo cual yo admiro muchísimo. Él es un emprendedor por necesidad, no porque lo quiso hacer, sino porque él así pagaba sus deberes, las colegiaturas. Él empezó a buscar formas diferentes de cómo hacer dinero junto con mi mamá. Entonces empezaron a hacer varios negocios, como el de las maquinitas, pues mi padre es la persona que trajo eso a Honduras. Ellos viajaban a Panamá y traían cosas de allá. Él me contó una vez que viajó con mil dólares y compró lo que debía. Al traerlo a Honduras vio que el negocio era bueno y así empezó, él siempre ha sido un emprendedor”.

“Por esa razón escogí negocios, porque era algo que realmente a mí me interesaba muchísimo desde muy pequeño. Yo quería tener mi propia empresa. Sobretodo yo creo mucho en las empresas sociales y que estas tengan un impacto. Yo creo que tanto el trabajador como las personas que trabajan para la empresa tienen que ser beneficiadas” destacó.

«Tuve esa oportunidad de representar a mi universidad de Taiwán»

Alejandro cuenta que en la universidad de Taiwán siempre tuvo muchas competencias en cuanto al emprendimiento. Además, siempre estuvo expuesto a conocer a muchos empresarios que estaban iniciando con algún proyecto.

“Me refiero a empresas monstruo, pero que inician con lo que tienes, como ser, que por medio de internet te ofrecen algún producto, y así, de eso se trataba, de empezar. Quizá iniciar con muy poco dinero, pero eso es lo importante las competencias y las oportunidades que te ofrecen y yo estaba seguro que eso era lo que quería” explicó.

Recordó que la primera vez que él ingreso a estas competencias de emprendimiento, debían llevar una empresa desde cero. No obstante, Alejandro señala que eso era lo divertido e increíble del proceso, ver cómo se va progresando.

Destacó, que en esos concursos estaba toda la gente de su Universidad, gente que estudiaba maestrías y de todos los grados, así como él.

“Nosotros ganamos esa competencia llamada el “Job Price”. Tuve esa oportunidad de representar a mi universidad de Taiwán. La idea era crear empresas con impacto social y con eso se anexó la fundación de Bill Clinton (expresidente de Estados Unidos). Ese premio nos ayudó y nos dio el “capital semilla” que merece la empresa ganadora para empezar con sus proyectos. Eran los primeros años de mi universidad”.

“Luego tuve la oportunidad de que mi hermano vino a la feria “Cantón” de Taiwán. Él venía a ver como funcionaban las cosas acá en China. Yo lo ayudé a comunicarse con los chinos y a realizar otras cosas aquí en el país. Aquí descubrí un mundo increíble. Aquí hay tantas oportunidades y tantas maneras de ayudar a los empresarios hondureños. Eso me dio la idea de ayudar a otras empresas que están en Honduras, para que traigan los productos desde China, los cuales son baratísimos, que todas esas ideas sean innovadoras”, dijo emocionado, Alejandro.

Indicó que quizás lo difícil de Taiwán es compenetrase con su cultura. Puesto que en China las personas deben conocer con quién están tratando para poder hacer un negocio y esa confianza no se gana de un día parta otro.

Aunque, al tener a una persona conocida en ese lado del mundo todo es más fácil. Reiteró que se debe conocer a los proveedores, ayudarlos y que eso le gustó que así es como inició.

Alejandro, un joven visionario

“Me comuniqué con empresarios, platicaba con mi hermano e investigamos qué cosas podíamos transportar y desde ahí inició el emprendimiento. Es fascinante, no solo conocer personas y hacer negocios, también viajar que es una de las pasiones más grandes que yo tengo. Yo viajo con una maletita, con mi “Backpack”. Es una maletita de siete kilogramos y ahí empacamos todo. Aquí viajar es muy barato, yo lleno mi mochilita y me voy de viaje».

«Literalmente llevaba dos “shorts”, cinco camisas, cinco bóxeres, un par de tenis, un par de chancletas y me iba. Viajes de quizás un mes, durante las vacaciones de invierno. Visité lugares como Tailandia y otros sitios de Asia, siempre con un presupuesto limitado. Normalmente la gente piensa que viajar es imposible, pero no es así. Viajaba, comía barato, me quedaba en hostales, es algo que me encanta”. Relató Alejandro.

Lo que más le apasiona a este gran visionario es ir por el mundo y conocer gente diferente, con otra cultura, de muchísimas nacionalidades que están y también se encuentran viajando. Puesto que Taiwán es todo un mundo totalmente nuevo y lleno de oportunidades.

Alejandro se graduó de la universidad en junio de este 2019. Haber vivido en Taiwán lo ayudó a crecer mucho como persona. Él nunca se lo habría imaginado, y destaca que al ver cuatro años hacia atrás se da cuenta que ya no es la misma persona, que evolucionó. Es un nuevo ser que cambió y maduró mucho.

“Quiero seguir trayendo todas esas cosas de beneficio que posee Taiwán hacia Honduras. Quiero llevarlo a mi país, como competencias de emprendimiento, ayudar a los pequeños empresarios a empezar sus proyectos y que sepan cómo hacerlo. Son los proyectos que tengo a largo plazo, regresar a Honduras y llevar todas esas metas por hacer. Crear y fortalecer una cultura de emprendimiento, que trabajemos juntos y que el país crezca. En Honduras el emprendimiento no es tan fuerte. Quisiera que todas las personas que estamos empezando a emprender con poco nos ayudemos y hagamos nuestros “startup” y crecer en este ambiente”.

Cuenta que cuando regrese a Honduras se concentrará en trabajar en una competencia y platicar con empresarios hondureños, para que se hagan patrocinadores y hagan competencias de emprendimiento para los hondureños, y así empiecen a apoyar.

“Es importante hacer crecer este círculo y llevar esto a Honduras. Me apasiona trabajar en estos proyectos. Este es mi gran proyecto y estoy trabajando en ello. Estoy agradecido con el Gobierno de Taiwán por estos cuatro años. Ellos me becaron completo, está, es una experiencia única y hermosa, por estar en otro país y poder llamarlo casa. Eso es lo que Taiwán significa para mí”, añadió Alejandro.

Por otro lado, Alejandro aprovechó para agradecer a Diario TIEMPO Digital, por tomarse el tiempo de buscarle y realizar una historia dedicada a él y sus proyectos, todos encaminados a hacer crecer a su país.

Con una gran determinación, el visionario Alejandro Girón subrayó que está seguro que podrá dar un giro al emprendimiento del país, trayendo nuevas ideas, desde un lugar del mundo donde los pensamientos e ideas se convierten en realidad. Un lugar donde a las personas sí se les permiten levantarse, soñar y crear sin cortarles las alas, Taiwán.