Redacción. El centro histórico de Tegucigalpa está lleno de recuerdos, edificios emblemáticos y negocios cargados de melancolía y relatos, como “Chinda Díaz”, la famosa esquina del pan casero y la repostería de alto nivel.
Una casa grande y antigua, construida de adobe, con techo de madera y tejas de barro, servía como punto de encuentro para muchas personas, justo detrás de la Catedral Metropolitana San Miguel Arcángel.
Esta mañana, ese insigne sitio, junto a otros negocios cercanos, quedó reducido a cenizas, luego de que un incendio de grandes proporciones los consumiera de forma sorpresiva, sin dar oportunidad de salvar nada.

Elementos del Cuerpo de Bomberos acudieron rápidamente a la zona, apostándose en la avenida Cervantes para poder sofocar las llamas. Luego de unos minutos, técnicas especializadas y miles de litros de agua, lo lograron controlar, por lo que solo sigue el enfriamiento.
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«Chinda Díaz» y su recorrido histórico
Este negocio, especializado en pan de casa, repostería y otros productos de la gastronomía nacional, nació en 1960 como una idea de doña Gumercinda “Chinda” Díaz. Durante más de 30 años, ella lo dirigió y lo convirtió en un éxito, gracias a sus excelentes preparaciones.
Entre los panes más reconocidos de “Chinda Díaz” se destacan las semitas de yema, rosquetes, batidas, quequitos, pan borracho y nacatamales, entre otros. Varias de estas recetas se elaboraban a diario desde hacía más de 50 años, con el objetivo de ofrecer siempre calidad y frescura a los clientes.

Asimismo, destacaba el café de palo, cultivado a 1700 metros en Santa Bárbara. Era el acompañante perfecto para disfrutar de un delicioso pan dulce durante la tarde en el centro de Tegucigalpa.
«Chinda Díaz» se consagró como un referente también del turismo en el centro, puesto que visitantes de otras partes del mundo llegaban para deleitar sus productos, pero también para apreciar como el tiempo no había pasado por aquella casa detrás de la catedral.
Los precios siempre se mantuvieron accesibles, por lo que cualquier persona a pie o a bordo de su auto podía hacer una parada técnica, disfrutar en el lugar o llevar a casa delicioso pan.
Sobrevivió a un incendio
El incendio de esta mañana no fue el primero que afectó a “Chinda Díaz”. En marzo de 2020, a pocos días de declararse la emergencia por la pandemia del covid-19, las llamas también arrasaron con el local.
Debido al confinamiento, los dueños del negocio se vieron obligados a cerrar sus puertas, y justo en esos días, la mala suerte pareció ensañarse con el incendio. Sin embargo, su determinación fue inquebrantable y lograron reabrir en 2021.
Aunque el negocio fue fundado por doña Gumercinda, su buen amigo Santos Sabillón asumió la administración en 1980, cuando ella decidió dejar la dirección. No obstante, el negocio siempre conservó su insigne nombre.

La casa donde funcionaba este negocio está llena de nostalgia. A pesar de las dificultades que enfrentaron hace poco más de cinco años, sus actuales propietarios aseguraron que era muy difícil trasladarse a otro local, debido al gran significado que este lugar tiene en el centro de la capital.