AFP. Un cuarto ataque a bala en menos de un mes contra empleados del sistema penitenciario de Ecuador se registró el jueves en Quito, dejando herida a una funcionaria administrativa, informó el organismo estatal a cargo de las prisiones (SNAI).
En el centro de la capital se produjo «un ataque armado contra dos personas, entre ellas una funcionaria administrativa», señaló la entidad.
«Como resultado de este atentado, las personas quedaron heridas y han sido trasladadas para recibir la atención médica urgente», agregó.
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Según SNAI, la policía investiga «para esclarecer y determinar a los posibles responsables» del ataque contra su funcionaria administrativa, a quien no identificó.
Desde el 31 de agosto se han registrado cuatro ataques con armas contra empleados del SNAI, dejando cuatro muertos: los directores de dos cárceles y dos agentes penitenciarias que se dirigían a su trabajo.
Antecedentes
El 12 de septiembre, reportaron la muerte de María Daniela Icaza, directora encargada de la denominada Penitenciaría del Litoral del puerto de Guayaquil (suroeste). Según las autoridades, terminaron con su vida a tiros.
Guayaquil es una de las ciudades ecuatorianas más violentas debido a la arremetida de bandas narco que se disputan las rutas para el tráfico de drogas.
El SNAI rechazó este jueves «cualquier acto de violencia o intimidación contra funcionarios» de la institución.
En tanto, el coronel Francisco Fernández, jefe policial de Quito, había dicho previamente que la víctima sería «una funcionaria del estado que estaría a cargo de procesos judiciales importantes», aunque sin dar más precisiones.
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Desde 2021, una ola de violencia carcelaria ha sacudido a Ecuador. Como resultado de choques entre presos de bandas rivales, más de 460 reclusos han perdido la vida en diversas penitenciarías del país.
Por otro lado, desde enero las penitenciarías de Ecuador se convirtieron en centros de operaciones del crimen. En consecuencia, el presidente Daniel Noboa declaró al país en conflicto armado interno ante una embestida del narco.
Seguidamente, el mandatario desplegó a los militares a las calles para neutralizar a una veintena de organizaciones a las que tildó de terroristas y beligerantes.
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