Cuando el mundo entero centra esfuerzos en evitar más pérdidas por el COVID-19 o coronavirus, el término «hantavirus» emerge y empieza a cobrar importancia por un caso registrado también en una provincia de China.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el hantavirus es una enfermedad transmitida por roedores, incluidos ratones y ratas, con la particularidad de que es «zoonótica», es decir, puede contagiarse entre seres humanos y animales.
Se caracteriza por presentar síntomas de fiebre, dolores musculares y afecciones gastrointestinales, seguidas de dificultad respiratoria y baja presión arterial.
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Cabe destacar que el hantavirus se transfiere por aspiración de orina, excremento y saliva de roedores. Sin embargo, los síntomas aparecen en un periodo de incubación variable de un par de días hasta seis semanas después de la exposición.
Las garrapatas, pulgas, mosquitos tienen un papel en la transmisión de los hantavirus al momento en que pican. Aunque no hay pruebas de que gatos y perros alojen el virus, pueden ser mediador entre roedores infectados y humanos.
¿Nuevo peligro?
¿Cómo tomó importancia el término? El lunes 23 de marzo, el gobierno popular de Ningshan, provincia de Shaanxi, en China, confirmó la muerte de un trabajador de la empresa Luyang Aquatic Food.
Se conoció que la compañía contrató un colectivo para trasladar a sus empleados migrantes, los cuales partieron de Mengding, en la provincia de Yunnan.
Durante el viaje, el hombre comenzó a sentirse mal y fue trasladado a un hospital local; todos pensaron que era COVID-19. Los médicos lo sometieron a la prueba y dio negativo a coronavirus pero positivo a hantavirus.
Como medida de prevención,al resto de los 32 pasajeros se les puso en observación médica, informaron medios de China. Tras el caso, el pánico se desató por segunda ocasión, pese a que el hantavirus no es nada nuevo.
Datos claves de la OMS
El hantavirus fue reconocido como tal en 1993 y hasta 2016 se registraron más de 6,300 casos en el continente americano; es una enfermedad bajo vigilancia, con áreas endémicas en 13 países y con unos 300 casos reportados al año.
Estas infecciones pueden ser fatales, dado que no hay tratamiento disponible, las tasas de mortalidad alcanzarían el 60 %.
