REDACCIÓN. La muerte de María Elizabeth Gutiérrez Guardado, una madre de aproximadamente 33 años, ha conmocionado a la comunidad y se encuentra rodeada de misterio. Su cuerpo fue hallado sin vida en circunstancias que aún no han sido esclarecidas por las autoridades.
Según informes preliminares de medios locales, María Elizabeth habría desaparecido el viernes 3 de enero, tras salir de su residencia en la aldea Los Laureles, en Tela, Atlántida.
Inicialmente, se difundió la versión de que se dirigía a Choloma, Cortés, para supuestamente recibir dinero destinado a su emprendimiento de comidas artesanales. Sin embargo, familiares y conocidos han desmentido esta información, aclarando que María residía en Tela, tenía dos hijos y no se dirigía a Choloma por dicho motivo. Este primer punto de contradicción añade una capa de complejidad al caso.
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Algunos portales informativos sugieren que el cuerpo de María Elizabeth lo encontraron el domingo 5 de enero, días después de su desaparición. Los reportes preliminares describen una escena brutal: su cuerpo presentaba ataduras en las manos, evidentes signos de tortura y múltiples perforaciones de arma de fuego en el rostro. La crueldad del hallazgo ha generado una profunda consternación.
Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado detalles precisos sobre el lugar exacto del hallazgo, la fecha concreta del suceso, ni la mecánica del crimen. Se desconoce la causa de muerte oficial y el móvil del asesinato sigue siendo un enigma. Tampoco se han reportado detenciones de posibles sospechosos.
La falta de información oficial y las contradicciones entre las versiones iniciales han contribuido a crear un ambiente de incertidumbre y especulación. Familiares, amigos y la comunidad en general exigen una investigación exhaustiva que permita esclarecer este misterioso crimen y llevar a los responsables ante la justicia.