La ardua labor de búsqueda terminó este domingo, cuando las autoridades, después de más de dos meses, encontraron el cadáver del agente de call center que desapareció cuando acampaba en El Merendón.
Walterio Roberto Girón Ávalos, de 54 años, llegó al Parque Nacional Cusuco desde el 29 de septiembre para acampar. Su familia reveló que era un hombre que le gustaba alejarse para disfrutar de la naturaleza y el aire fresco.
Con apenas su segunda experiencia acampando en esa zona, Girón Ávalos desapareció desde el 30 de septiembre. Ya el 1 de octubre, luego de 24 horas sin pistas, personal del Cuerpo de Bomberos, de la Policía Nacional, del Instituto de Conservación Forestal (ICF) y residentes aledaños se unieron al operativo de búsqueda.
Siendo un lugar conocido únicamente por los especialistas, se tornó más difícil dar con el paradero de Girón. Durante más de dos meses continuaron la búsqueda pero sin resultados positivos.
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Este domingo, 2 de diciembre, un lugareño caminaba en busca de mimbre para hacer canastas utilizadas para el corte de café. De pronto, en cercanías de una quebrada avistó el cuerpo en estado de putrefacción de un hombre.
El ciudadano estaba al tanto de la desaparición de Walterio Roberto y notificó a más personas de su comunidad. En grupo llegaron a la zona y corroboraron, con los documentos que portaba en sus bolsillos, que se trataba del agente de call center.
Inmediatamente informaron a los cuerpos policiales, que horas después llegaron a la montaña Santos Galeas. Se desconoce cómo llegó a ese lugar, puesto que su punto para acampar era en el Cusuco.
En ese sentido, también fue imposible determinar la causa de muerte. Médicos forenses explicaron que debido al avanzado estado de descomposición deberán esperar la autopsia.
Guardias anunciaron su desaparición
Guardias forestales del Cusuco conocieron a Walterio Girón el día que llegó. Ellos se retiraron de sus labores a las 2:00 p.m. y un día después que regresaron ya no lo encontraron. Por lo cual reportaron su desaparición.
El deportista era originario de San Pedro Sula y residía en la colonia Los Álamos. Asimismo, deja dos hijos que nunca perdieron las esperanzas de encontrarlo con vida.
