Redacción. En un intento por prevenir ataques, los habitantes de la aldea El Cubulero, en Alianza, Valle, han comenzado a matar cocodrilos, pues los consideran una amenaza.
Según informes de medios locales, estos reptiles han sido desplazados de sus hábitats originales debido al desbordamiento del río Goascorán.
La presencia de estos animales en ríos y otras fuentes de agua, utilizadas habitualmente por las comunidades para bañarse y realizar actividades diarias, ha generado preocupación. Los residentes afirman que en la región hay diversas especies de reptiles, incluidos cocodrilos, caimanes y lagartos, lo que aumenta la percepción de peligro.
A pesar de la situación, las acciones gubernamentales han sido limitadas. Los habitantes aseguran que funcionarios de la Secretaría de Recursos Naturales y del Ambiente (SERNA) únicamente colocaron rótulos de advertencia. Como insuficiente describieron esta acción.
El alcalde de Alianza, Faustino Manzanares, ha solicitado ayuda al gobierno central. Esta problemática es nueva para la zona y la municipalidad carece de los recursos necesarios para manejarla adecuadamente, lamentó Manzanares.
Caza furtiva
Además del miedo, se ha generado una actividad de caza furtiva, ya que cazadores de otras regiones han llegado al área con la intención de capturar cocodrilos, vivos o muertos, para comercializarlos. Este aspecto añade una dimensión económica y ambiental al conflicto, agravando la situación.
En redes sociales, el tema ha dividido opiniones. Algunos justifican la matanza de los cocodrilos como una medida preventiva para evitar ataques, especialmente contra niños. Otros, sin embargo, defienden el derecho de los reptiles a permanecer en su hábitat natural y culpan a los humanos por invadir áreas como ríos y manglares, donde los animales tienen su hogar.
La situación pone en evidencia la necesidad de un equilibrio entre la seguridad de las comunidades y la protección de la fauna silvestre.
