REDACCIÓN. El Paris Saint-Germain se llevó un susto importante, gracias al Borussia Dortmund (y al noruego Haaland), en el Signal Iduna Park luego de caer 2-1 en el juego de ida de los octavos de final de la Champions League.
El conjunto dirigido por Thomas Tuchel vio como el Dortmund, liderado por un letal Erling Braut Haaland, le sometía con dos tantos del gigante noruego, pese al gol de Neymar en el segundo tiempo.
Tuchel, conocedor perfecto de lo difícil que es jugar contra el Borussia por su pasado en el banquillo del Signal Iduna, ya había dejado claro que «dominar los 90 minutos aquí es imposible, así que no debemos intentarlo».
Tal vez por ello, decidió dejar a Mauro Icardi y a Edinson Cavani, dos de sus ‘galácticos’, en el banquillo para cerrar con defensa de tres y reforzar la medular.
Apuesta fallida y, en especial, por culpa de un Haaland que está haciendo que muchos secretarios técnicos (incluido Éric Abidal) y presidentes (incluido Josep Maria Bartomeu) se tiren de los pelos por no invertir los míseros 21 millones de euros que el joven de 19 años le costó al Borussia hace apenas unas semanas. El noruego nacido en Leeds lideró a su equipo y fulminó a su multimillonario rival.
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Haaland y Mbappé: dos «niños» que se enojaron
El gigantón del equipo de Dortmund inauguró el marcador en el minuto 68 con algo de fortuna, después de que el remate de su compañero rebotase en sus piernas y dejase el balón muerto para que fuese él mismo quien rematase en boca de gol.
Dortmund era una caldera y el equipo alemán sabía que no podía confiarse debido a la calidad ofensiva del coloso francés.
En el minuto 75, el PSG también pudo presumir de su joven estrella. Kylian Mbappé inició una jugada individual por la banda derecha, se fue por potencia y habilidad de sus dos marcadores y puso un balón al interior del área para que fuese Neymar el que empujara la número cinco. Gol de visita y un tremendo respiro para los de la ciudad del amor.
Sin embargo, Haaland no se tomó bien que Mbappé le robara el protagonismo de la noche. Dos minutos después del gol de Neymar, el noruego recibió en la frontal del área y batió a Keylor Navas con un tremendo cañonazo, con la zurda, que rubricaba una nueva noche mágica para él. Europa a los pies del noruego y el PSG en problemas para la vuelta.
