SRI, LANKA. El Gobierno de Sri Lanka culpó hoy al poco conocido grupo terrorista local de tintes islamistas National Thowheeth Jamath (NTJ) por los atentados este Domingo de Resurrección en varias iglesias y hoteles de lujo con cerca de 300 muertos y 500 heridos, aunque advirtió sobre posibles vínculos extranjeros.

El ministro de Salud, Rajtha Senraratne, que ejerce de portavoz del Ejecutivo, se tomó su tiempo cuando, al ser preguntado en una rueda de prensa en Colombo sobre qué grupo estaba detrás de los atentados, chequeó un documento, y dijo «National Thowheeth Jamath».

«¿Es una organización local?», le preguntaron.

«Es una organización local, pero no sabemos si tiene vínculos con el exterior», añadió, sin dar más detalles sobre este grupo que perpetró el domingo los «ataques suicidas».

Sin embargo, Senraratne insistió en que las investigaciones apuntan a que los devastadores atentados pudieron ser planificados con la ayuda de una red internacional, teniendo en cuenta el entrenamiento de los atacantes y el uso de potentes explosivos.

«No creemos que una organización pequeña de este país pueda hacer todo esto. Estamos investigando el apoyo internacional y otros vínculos», dijo el ministro. Al tiempo que se preguntó, «¿cómo se formaron los atacantes suicidas? ¿cómo se produjeron bombas como esas?».

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Sri Lanka recibió aviso de los ataques

El ministro reconoció también que el pasado 4 de abril había recibido información de agencias de inteligencia internacionales avisando de estos ataques, en los que se decía que los objetivos podrían ser «iglesias y destinos turísticos».

«Se informó al inspector general de la Policía el 9 de abril. Incluyendo los nombres de supuestos terroristas», reconoció, subrayando la responsabilidad del Gobierno en lo sucedido por no haber evitado la tragedia.

«Que lo supiéramos o no es otro asunto, pero somos responsables. Lo sentimos mucho y pedimos disculpas», remarcó.

El portavoz anunció 1 millón de rupias (unos 5.000 euros) para las familias de los fallecidos y entre 100.000 y 30.000 rupias (entre 500 y 1.500 euros) para los heridos. Además, la «inmediata reparación de las iglesias con la ayuda de las fuerzas de seguridad».