Redacción. La activista trans Grecia O’Hara se ha convertido en la voz de una comunidad que aún vive en la sombra, con la esperanza de poder vivir sin miedo en Honduras.
En sus redes sociales, la hondureña ha dado mayor visibilidad a los desafíos que enfrentan las personas trans en el país centroamericano. En una entrevista con Diario Tiempo, la defensora de derechos ofreció una visión importante y distinta sobre los problemas que enfrentan, en una sociedad que aún no acepta completamente su identidad de género.
Destacó que el desafío más grande al que se ha enfrentado es «una sociedad que está llena de prejuicios, hipócrita y con doble moral». Remarcó: «El acceso a la salud muchas veces se complica a raíz de la falta de empatía o desconocimiento de los profesionales de la salud. La violencia generalizada, la falta de oportunidades laborales con un enfoque de derechos humanos e inclusión para todas las personas».
«No los he superado aún, lamentablemente he tenido que aprender a vivir con ello, a acostumbrarme, a evitar los enfrentamientos con las personas que discriminan en la calle, en espacios públicos y privados. Trato de enseñar desde el respeto siempre a las personas», agregó.
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Discurso de odio
O’Hara comentó que en la actualidad prevalece un desconocimiento dentro de la sociedad respecto a la terminología LGBTI y las luchas sociales que emprende esta comunidad. «Es un hecho que en este país la identidad de género de las personas trans aún no se reconoce como algo independiente de una orientación sexual. El discurso social sigue viendo a las personas trans como gais, por ejemplo, y no tiene nada que ver una cosa con la otra. También hay que entender las dinámicas de nuestra educación y cómo las juventudes y adultos crecen conociendo estos temas», destacó.
Del mismo modo manifestó que este desconocimiento genera discursos de odio, discriminación, estigma y violencia simbólica. Aseguró que la comunidad tiene una identidad completamente independiente de una orientación sexual.
Una vida dedicada al activismo
Grecia confesó que desde los 14 años se unió a asociaciones. «Comencé a ver y entender la perspectiva de cómo la sociedad, desde el desconocimiento o los prejuicios morales, puede detener procesos que benefician a una población históricamente vulnerada», agregó.
Asimismo, reveló que cuenta con una amplia experiencia en comunicación audiovisual. Sin embargo, a pesar de sus conocimientos, las puertas en el campo laboral no han sido fáciles de abrir.
«Cuando es comedia o burla, o para ridiculizar a nuestra población, ahí sí se abren estos espacios. Por eso decidí hacerlo desde mis redes sociales. Poco a poco he ido conociendo diferentes perspectivas, historias, formas de enseñar y exponer nuestra realidad desde un punto de vista jocoso y sarcástico», comentó.
La activista reflexionó que, en algún momento, cada miembro de la comunidad se volverá un educador de esta realidad, lo que ayudará a fomentar mayor empatía y conocimiento.
Cambios necesarios
Para O’Hara, uno de los cambios que aún esperan es la reforma a la ley y al reglamento del Registro Nacional de las Personas (RNP). Esto les permitiría cambiar el nombre de nacimiento por el que actualmente utilizan para identificarse. Ante esto, la activista aclaró que dicha modificación no afectaría las responsabilidades penales, económicas ni judiciales del individuo.
«La segunda es la ley integral de identidad de género, que está avanzando, pero sabemos que no es un momento políticamente adecuado para que se apruebe», expresó. Explicó que su lucha no busca privilegios, sino el respeto a los derechos humanos que les corresponden.
«Quisiera al menos tener ese reconocimiento en mis documentos legales para disminuir esos niveles de estigma, prejuicio y discriminación. Sueño con crecer en mi emprendimiento de tatuajes y quizás ser parte de un programa de televisión que amplíe las voces de mi población», prosiguió.
Mensaje de esperanza
Grecia O’Hara cerró la entrevista con un mensaje dirigido a la comunidad trans en Honduras.
«Que las luchas pasadas y las del presente marquen una esperanza para estas juventudes que vienen. Son parte de los diferentes grupos en situación de vulnerabilidad. No es fácil, nunca lo ha sido, pero debemos perseverar. Estamos en una época donde el acceso a la tecnología e información es más eficiente, por lo que podemos seguir llevando nuestra voz a todos los rincones del país», manifestó.
La activista hondureña aseguró que aún queda mucho por hacer para alcanzar los objetivos de su lucha. «Hay mucho trabajo por hacer. Sin embargo, las que estuvieron antes y las que estamos ahora hemos abierto con mucho esfuerzo ese camino para que seamos más visibles como población LGBTIQ+, especialmente como hombres y mujeres trans», concluyó.