Redacción. El acné, comúnmente asociado al rostro y la espalda, puede manifestarse en áreas del cuerpo menos esperadas, como los glúteos y, sorpresivamente, la zona genital.
Esta condición, que afecta tanto a la piel de la vulva como a las ingles o la zona perianal, puede causar considerable incomodidad. Expertos médicos aclaran que el acné genital se manifiesta como espinillas, puntos negros y bultos dolorosos, y no debe confundirse con infecciones de transmisión sexual.
Según la ginecóloga Cynthia Martínez, este tipo de acné es similar al que aparece en otras partes del cuerpo, siendo a menudo causado por la acumulación de sebo, la inflamación de los folículos pilosos y el estrés.
La doctora Cristina Vico, experta en acné, explica que estas lesiones pueden evolucionar de pústulas a nódulos más grandes y profundos, que requieren una evaluación profesional. «No todo lo que parece un grano es acné«, advierte Vico, subrayando la necesidad de un diagnóstico médico para un tratamiento adecuado.
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Principales causas
Las causas más comunes del acné genital son la foliculitis y la hidradenitis supurativa, también conocida como acné inverso. La foliculitis se produce por la infección o inflamación de los folículos pilosos, a menudo a causa de pelos encarnados, el uso de ropa ajustada, el sudor o la falta de higiene adecuada.
Por otro lado, la hidradenitis es una condición inflamatoria crónica que afecta a las glándulas sudoríparas, causando puntos negros y nódulos recurrentes que, en ocasiones, pueden dejar cicatrices.
Para prevenir la aparición de estas lesiones, ginecólogas como la doctora Belén Gómez recomiendan mantener la zona limpia y seca, usar ropa interior de fibras naturales como el algodón y evitar prendas ajustadas. Además, aconsejan optar por la depilación láser en lugar de métodos que irriten la piel.

Cuidados
En el tratamiento, los expertos son claros: nunca se debe intentar extraer el pus o los vellos enquistados. En su lugar, se sugiere aplicar paños limpios humedecidos con agua caliente sobre la zona para favorecer la limpieza y la apertura del folículo.
La mayoría de los casos leves se resuelven con lavados diarios utilizando un jabón aséptico suave, evitando productos agresivos diseñados para el acné facial. Sin embargo, si las lesiones persisten, se vuelven recurrentes o se acompañan de fiebre, es crucial buscar la opinión de un médico o dermatólogo.