Redacción. A pesar de las advertencias sobre las altas tasas de interés y el historial de cuestionamientos que rodea al Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el gobierno hondureño sigue apostando por esta institución financiera como una de sus principales fuentes de endeudamiento externo.
Honduras ya ha aportado 180 millones de dólares para convertirse en miembro pleno de la CAF y se alista ahora para recibir 190 millones de dólares en préstamos, aprobados recientemente por el Congreso Nacional y oficializados sin la ratificación del acta legislativa.
Aunque el secretario de Finanzas, Christian Duarte, ha reconocido que las tasas de intereses del CAF son más elevadas que las de otros organismos multilaterales, asegura que siguen siendo más competitivas que las de la banca nacional. “Es cierto que son levemente más altas, pero permiten diversificar las fuentes de financiamiento. Si se agota el espacio fiscal con un banco, se puede acudir a otro”, justificó.
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Expertos cuestionan la motivación ideológica
Desde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), la experta en banca y finanzas Nancy Ochoa advierte que la insistencia en usar al CAF responde a una alineación política más que a una lógica financiera. “Esto le da legitimidad a la consigna del gobierno basada en el ‘socialismo democrático’, que se alinea mejor con los principios de estas estructuras de financiamiento”, explicó.
En el mismo sentido, el director de investigaciones del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (FOSDEH), Mario Palma, también cuestionó. «Uno debe buscar el banco que le ofrezca mejores condiciones, aquel que exija menos sacrificios para pagar», externó. Según el experto, deben explicarse claramente los beneficios reales de este endeudamiento.
Posible uso político de los fondos
Uno de los puntos más delicados señalados por economistas y sectores de oposición es que una parte del financiamiento del CAF no está destinada exclusivamente a proyectos específicos, sino que se ejecuta como apoyo presupuestario.
Amparo Canales, también economista, manifestó que “hay que vigilar con mucha atención. La transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales. Ese dinero debe beneficiar al pueblo hondureño, no a un partido político”.
En ese mismo tono, Lester Ramírez, analista de asuntos públicos, expresó que la ciudadanía será la que pagará los efectos de esta deuda. “Aquí hay que aclarar que este préstamo lo vamos a pagar nosotros como hondureños y hondureñas. Creo que los partidos de oposición y otros sectores deben presentar una denuncia formal ante la CAF”, opinó.
Un historial que genera dudas
La CAF no es ajena a escándalos. En 2017, su entonces presidente, el peruano Luis Carranza, aprobó préstamos millonarios a Venezuela al margen de los procedimientos legales, hecho que años después desató un escándalo internacional.
Esa experiencia sirve hoy de advertencia a quienes exigen mayor vigilancia sobre el uso de los fondos que Honduras está por recibir. Mientras tanto, analistas siguen preguntándose por qué se insiste en un modelo de financiamiento más costoso, en lugar de buscar opciones más sostenibles.