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sábado, mayo 4, 2024

Globalicemos la indignación

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Ruy Díaz Díaz, PhD

La ciencia sin conciencia es generadora de injusticia, entre otras, cuya causa radica en un sistema voraz y depredador que se fundamenta en el libre mercado y por tanto conceptualiza el ambiente como un medio para explotar y acumular recursos dirigido desde el poder global. La ciencia sin conciencia se arropa de cinismo, haciendo acopio de conceptos, postulados, estadísticas e inventos tecnológicos, apropiadamente maquillados, para justificar esta injusticia.

En la XXI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015, COP21, programada de Noviembre 30 a Diciembre 11 de 2015, desde ya se constituyen en hegemonía los países generadores de ciencia sin conciencia a fin de preservar el orden mundial. En ese espacio predomina el poder financiero que busca seguir negociando la naturaleza en la bolsa de valores. En este clima de negocios se pretende desembocar en un acuerdo internacional entre élites de una realidad que afecta a la población mundial, sostiene  Ignacio Denis Del Rosario en su artículo Injusticia Climática.

El caos climático es exponencial con relación al transcurso del tiempo y tiene causas estructurales relacionadas con el modelo neoliberal. Gaia se recalienta cada vez más rápido tal y como lo confirma un video de la NASA de 20 segundos en el que se muestran 131 años (1880 – 2011) de evolución de las temperaturas de nuestro planeta El video denominado Mapa Progresivo del Calentamiento Climático esta disponible en el sitio: http://youtu.be/EoOrtvYTKeE

En el video aludido se aprecia que la temperatura se  ha acelerado a partir de finales de los años 70 del siglo pasado. No obstante, es durante el transcurso del último decenio que se registraron los años más cálidos.

Ahora bien, el incremento en la temperatura del planeta se encuentra vinculado al el aumento de las concentraciones de gases que producen en la atmósfera el efecto invernadero, especialmente de dióxido de carbono antropocéntrico (producción de energía, transportes, industrias). De modo que en 1880 la concentración de CO2 era de 285 partes por millón, en 1960 subió a 315 partes por millón, en 2011 superó las 390 partes por millón y cada año aumenta   alrededor de 2 partes por millón. Se ha asumido que 350 partes por millón es la tasa máxima aceptable de emisiones de CO2 a la atmósfera.

En los albores de la COP21, los gobiernos que generan ciencia sin conciencia se han comprometido a que saldrá un acuerdo universal legalmente vinculante para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. En ese contexto se pretende Globalizar la Esperanza cuando lo que se debe hacer es Globalizar la Indignación.

 

 

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