Redacción. A tan solo una semana de que la tormenta tropical Sara azotara el territorio hondureño, el país enfrenta ahora el primer frente frío de la temporada 2024-2025, el cual amenaza con agravar la ya crítica situación en la zona norte, especialmente en los departamentos de Cortés, Atlántida, Colón y Yoro, que se encuentran bajo alerta roja.
El fenómeno meteorológico comenzó a afectar al país ayer jueves 21 de noviembre, en horas de la mañana, y se extendió por 48 horas. Si bien las lluvias fueron intermitentes, se preveía que las precipitaciones alcanzaran acumulados de hasta 180 milímetros en las zonas de alerta roja.
La alta humedad generada por el paso reciente de la tormenta tropical Sara también contribuyó a intensificar las lluvias, aumentando el riesgo de inundaciones y deslizamientos en áreas que aún no se recuperaban por completo de los efectos de la tormenta.
«Este frente frío nos va a dejar aumento del oleaje, descenso de temperaturas en la mayor parte del país y fuertes precipitaciones», explicó a Diario Tiempo Juan José Reyes, jefe de alerta temprana del Comité Permanente de Contingencias (Copeco).
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Estragos
Las lluvias comenzaron ayer a causar estragos en varias regiones del país. En la zona norte y Caribe se registraron desbordamientos de ríos, inundaciones y dificultades de acceso a comunidades que, debido a las lluvias intensas, se encuentran incomunicadas.
Uno de los casos más preocupantes es el desbordamiento del río Guaymon, ubicado en el municipio de Morazán, Yoro, donde el aumento rápido del caudal ha dejado varias aldeas incomunicadas. Las lluvias intermitentes han saturado el suelo, provocando que los ríos y quebradas se desborden rápidamente y afecten a las familias que residen cerca.
En San Pedro Sula, los sectores como Jucutuma y Flor de Cuba han sufrido alarmantes inundaciones, con miles de familias afectadas por la subida de los ríos. Según reportes del Cuerpo de Bomberos, el río Bermejo, en San Pedro Sula, comenzó a desbordarse, mientras que el Puente Estero de Indio en El Progreso mostró niveles peligrosos de agua.
En La Ceiba, las calles están anegadas y varias comunidades permanecen incomunicadas debido a la destrucción de puentes y carreteras. El puente Saopín, que conecta a Atlántida y Colón, se partió en dos durante la tormenta Sara y aún no ha sido reparado, complicando aún más la respuesta para esta nueva emergencia.
La situación es igualmente alarmante en las áreas rurales cercanas al río Ulúa, que ya había presentado problemas de desbordamiento durante la tormenta Sara. Ticamaya y otras comunidades de Choloma también han reportado inundaciones severas debido al aumento de los caudales en los ríos.
Afectados
Honduras registró ayer más de 60 mil familias afectadas; 18,562 damnificadas; 4,079 evacuadas; 3,693 familias albergadas; seis personas fallecidas y 4,440 viviendas dañadas, según detalló Juan Reyes, jefe de Alerta Temprana de Copeco.
Bajo alertas
Copeco informó que los departamentos más vulnerables al impacto del fenómeno serían los del norte y Caribe. Por ello, se declaró alerta roja en Cortés, Atlántida, Yoro y Colón.
Asimismo, la alerta amarilla fue activada en Choluteca, Valle, Santa Bárbara, Islas de la Bahía y Olancho, donde se esperaba un impacto moderado por las lluvias. Estos sectores se encuentran bajo vigilancia constante ante posibles desbordamientos de ríos o acumulaciones de agua que pudieran generar desastres.
El resto del territorio nacional, que no estaba en riesgo inmediato de inundaciones o deslizamientos, permanece bajo alerta verde.
Ayer, en varias de las zonas bajo alerta roja, se realizaron acciones de evacuación y se habilitaron albergues temporales para los residentes de áreas vulnerables. La prioridad es proteger las vidas humanas, y por ello, las autoridades han enfatizado la importancia de evacuar de manera ordenada de los hogares ubicados en zonas de alto riesgo de inundación y deslizamiento.
«Esta es la realidad. Las zonas que ya están inundadas tendrán niveles aún más altos. Es vital que las personas tomen estas advertencias en serio y actúen de inmediato para proteger sus vidas», expresó el meteorólogo de Copeco, Alberto López. Asimismo, exhortó a la población a no cruzar ríos ni áreas inundadas, ya que las aguas podrían crecer rápidamente debido a las lluvias constantes.
Perjuicio para la salud
Las consecuencias del cambio climático han impactado, además, en la salud pública en Honduras. En diversos centros hospitalarios del país se ha registrado un incremento de pacientes con enfermedades respiratorias y complicaciones relacionadas en los últimos días.
El Hospital El Tórax, reconocido por su especialización en enfermedades cardiopulmonares en Tegucigalpa, ha observado un aumento en los casos de infecciones respiratorias. Según Haroldo López, director del instituto, en este periodo lluvioso se ha presentado un incremento en la incidencia de enfermedades virales como la influenza y el COVID-19.
“El problema no solo es la infección respiratoria en sí, sino que estas también están desatando complicaciones graves en pacientes con enfermedades crónicas, como las cardiopatías. La infección actúa como detonante”, explicó López.
Por su parte, el Hospital San Felipe está recibiendo entre 70 y 80 pacientes diarios con cuadros respiratorios desde leves hasta graves. Atahualpa Padilla, jefe del área de pediatría, detalló que aproximadamente el 50 % de los casos corresponden a problemas respiratorios, afectando especialmente a personas asmáticas. “Actualmente circulan muchos virus que están produciendo complicaciones respiratorias”, indicó Padilla.
La directora de salud de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Blanca Munguía, advirtió sobre la importancia de mantener activa la unidad de vigilancia epidemiológica. “Si no se identifican las patologías predominantes y se responde de manera oportuna, el escenario podría ser más peligroso. La prevención es clave para evitar un colapso hospitalario”, puntualizó.
Ante esta situación, las autoridades sanitarias instan a la población a protegerse de los cambios bruscos de temperatura, reforzar el uso de mascarillas en lugares cerrados, y acudir a los centros de salud ante los primeros síntomas respiratorios.