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jueves, marzo 28, 2024

SALUD | Fractura nasal, ¿qué síntomas deben hacerte correr al médico?

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REDACCIÓN. La nariz es una estructura de tejido óseo y cartilaginoso responsable de permitir la entrada y salida de aire de los pulmones. Por su localización anatómica, los huesos nasales se afectan con mayor frecuencia que cualquier otro hueso de la cara.

La fractura nasal es la pérdida de la continuidad del tejido óseo de la nariz que suele ocurrir por un traumatismo directo. Por eso, el recibir un impacto de gran energía producto de un golpe, un accidente de auto o una caída de altura puede desencadenar una fractura de los huesos nasales y lesionar el tejido circundante.

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Esta lesión se asocia con varias complicaciones que van desde la pérdida de sangre hasta el compromiso de la bóveda craneal. Por otro lado, el tratamiento está orientado hacia la estabilización del trauma y la realineación de los huesos nasales.

Principales causas de una fractura nasal

La fractura de los huesos nasales suele ser el resultado de actividades o eventos que resulten en un impacto de moderada a alta energía en la región central de la cara. Se estima que más del 76 % de estas lesiones se deben a accidentes deportivos y a agresiones físicas hacia las personas.

De igual forma, la fractura del tabique nasal y las estructuras contiguas a la nariz suelen ser resultado de accidentes de tráfico. De hecho, algunos estudios atribuyen un 16 % de las afecciones traumáticas nasales a accidentes en motocicletas y un 13 % a los accidentes automovilísticos.

Las caídas de alturas representan más del 20 % de la incidencia de estas lesiones. Esta fractura es muy común y puede originarse, incluso, al chocar contra una pared o una puerta. Además, se deben considerar los factores externos y propios del individuo que condicionan y aumentan el riesgo de una fractura nasal.

Factores de riesgo

En la actualidad, la prevalencia de lesiones nasales es mayor en el sexo masculino con más del 68 % de los casos reportados. Esto se debe al tipo de prácticas violentas y actividades de alta energía que realizan, en general, los varones.

Los deportes de contacto físico como la lucha libre y las artes marciales predisponen a desarrollar esta afección. De igual forma, el participar en juegos de rugby o fútbol americano también aumenta el riesgo de una fractura nasal.

En cuanto a los accidentes de tráfico, el déficit de las medidas de seguridad son un importante factor de riesgo. En este sentido, no utilizar cascos al manejar motocicletas o no emplear el cinturón de seguridad predispone a este tipo de lesiones debido al alto nivel de exposición que tiene el cráneo y sus anexos ante impactos de alta velocidad.

Síntomas asociados

Las manifestaciones clínicas de la fractura nasal suelen ser de presentación aguda. La hemorragia o el sangrado nasal es el síntoma más característico de este tipo de lesión. Este mismo es producto de la lesión y la ruptura de la mucosa que recubre el interior de la nariz en la mayoría de los casos.

El sangrado no es el único síntoma presentado por las personas con esta lesión. En este sentido, es común encontrar los siguientes síntomas en una fractura nasal:

  • Aumento de volumen del tabique nasal
  • Dolor y sensibilidad al tocar la nariz
  • Moretones o hematomas alrededor de la nariz y lo ojos
  • Nariz torcida o desviada
  • Sensación de obstrucción o congestión nasal
  • Dificultad para respirar
  • Depresión del puente nasal
  • Salida de fluido translúcido por la nariz.

¿Cuándo ver a un médico?

Por lo general, todos los traumatismos deben tener ser evaluados y tratados de forma inmediata por un profesional de la salud. La aplicación de primeros auxilios suele ser suficiente en la mayoría de las fracturas nasales; no obstante, se debe buscar ayuda de un médico especialista ante los siguientes casos:

  • Hemorragia nasal continua que no cesa
  • Presencia de coágulos de sangre en la nariz
  • Traumatismo asociado a lesión cervical o de cráneo
  • Nariz deforme, fuera de los límites normales
  • Sensación de asfixia o ahogo
  • Salida de fluido translúcido que no cesa
  • Vómitos continuos
  • Pérdida de la conciencia.

Exámenes de diagnóstico de la fractura nasal

La identificación de una fractura nasal se realiza mediante la exploración física por parte del médico. Por lo general, el interrogatorio y la sintomatología aguda suelen ayudar al diagnóstico rápido y a la aplicación de medidas terapéuticas oportunas.

El especialista examinará la pirámide nasal, el tabique nasal y las fosas nasales en búsqueda de alteraciones o lesiones evidentes. Entre ellos, destacan los hematomas septales, las laceraciones de la mucosa, los signos de ruptura de la bóveda craneal y la salida de líquido cefalorraquídeo.

A través de la palpación suave, el médico reconocerá irregularidades o alteraciones de la forma y la alineación de la nariz. Además, la evidencia de movimientos anormales o la percepción de huesos que se desplazan con facilidad son de gran importancia diagnóstica.

En la mayoría de las personas con una fractura nasal no se suelen utilizar métodos complementarios de imagen. No obstante, ante la sospecha de fracturas múltiples o lesiones a nivel cervical y craneal se pueden solicitar radiografías o tomografías computarizadas.

Tratamientos disponibles

La mayoría de las fracturas del tabique nasal son tratadas de forma ambulatoria, ya que el objetivo principal es reducir la inflamación y aliviar los síntomas. No obstante, se opta por la realineación y reparación del área cuando hay desplazamiento óseo; además, los hematomas septales se deben drenar lo antes posible.

Para la reducción de la inflamación y del dolor, se suelen indicar compresas de hielo durante 15 minutos cada 2 horas. Además, se indica tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos vía oral, como el paracetamol o el acetaminofén. Descansar con la cabeza hacia arriba también ayuda a mejorar la sintomatología.

Por otro lado, la reducción de los fragmentos óseos separados suele posponerse por un período de entre 3 y 5 días. De esta forma, se espera que haya una reducción del volumen de la lesión que favorezca el abordaje médico o quirúrgico.

Información verificada en blog «Mejor con Salud».


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