AFP. La fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, quien impulsó una ofensiva judicial que puso en jaque la investidura del presidente Bernardo Arévalo, descartó renunciar al cargo y acudir este miércoles a una citación del nuevo mandatario.
«Quiero enviar un mensaje claro y contundente al pueblo de Guatemala y al presidente de la República para hacer saber que soy respetuosa de la leyes del país», manifestó la fiscal en un mensaje publicado en redes sociales.
«Y en consecuencia cumpliré con el mandato constitucional de cuatro años. Y en consecuencia no voy a renunciar», agregó.
Asunción de Arévalo
Bernardo Arévalo asumió finalmente en la madrugada del lunes 15 de enero la presidencia de Guatemala tras un boicot judicial que mantuvo en vilo al país por siete meses.
El ahora gobernante reconoció que su carrera de obstáculos está lejos de terminar: «Nos aguardan desafíos inmensos», advirtió.
Desde el balcón del Palacio Nacional, en el centro de la capital, Arévalo pidió a los guatemaltecos acompañarlo en su gestión para rescatar las instituciones del país de la «corrupción».
El político también dijo que busca lograr el desarrollo social en este empobrecido país centroamericano.
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«Inician hoy cuatro años de un mandato que seguramente estará marcado por una serie de obstáculos, muchos de los cuales no podemos prever en este momento», admitió. «Sabemos que el cambio puede ser difícil», agregó.
Visiones
El presidente, sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, vaticinó que su gobierno se hallará «en la necesidad de tomar decisiones difíciles». Asimismo, destacó que enfrentará «momentos de duda y temor».
«En los próximos años, la tentación de confrontar y aumentar nuestras diferencias será recurrente. Este periodo conllevará la posibilidad de cometer errores» y recibir críticas, dijo.
No obstante, reiteró su compromiso de «transformar», no solo las instituciones del Estado, sino también la «realidad cotidiana» de los guatemaltecos.
«No más corrupción, no más exclusión», dijo el presidente, con la banda presidencial cruzada en el pecho y frente una multitud de seguidores que celebraron y bailaron al ritmo de grupos musicales.