INTERNACIONAL. El juicio de Donald Trump en Washington está programado para el 4 de marzo por cargos federales de conspiración para obstruir las elecciones presidenciales de 2020.
Eso significa que el juicio comenzará el día antes del Súper Martes, cuando 14 estados, incluidos Texas y California, ricos en delegados, celebren sus primarias.
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La jueza federal de distrito Tanya Chutkan anunció la fecha este lunes después de escuchar los argumentos.
La oficina del fiscal especial John «Jack» Smith había pedido comenzar el 2 de enero, iniciando la concurrida campaña y el calendario legal de Trump el próximo año.
Trump argumentó retrasar el juicio hasta abril de 2026, mucho después de que los votantes decidan en noviembre si obtendrá un segundo mandato en la Casa Blanca.
Chutkan dijo durante la audiencia que ninguna de esas propuestas era «aceptable».
Chutkan dijo que si bien el 2 de enero sería demasiado pronto, la fecha de juicio propuesta por Trump en abril de 2026 «está mucho más allá de lo necesario».
El juez dijo que una demora de dos años corría el riesgo de que los testigos no estuvieran disponibles y los recuerdos se desvanecieran. Ella dijo que el público tenía derecho a una resolución «rápida» del caso.
Chutkan concedió una moción del equipo legal de Trump para excluir 25 días desde su aparición inicial del calendario de juicios rápidos.
Pruebas
La fiscal Molly Gaston dijo que el gobierno ya había entregado la gran mayoría de las pruebas, con un total de aproximadamente 12,8 millones de páginas, aunque agregó que no creían que esa fuera la mejor métrica para medir la carga de trabajo de la defensa.
Gaston dijo que la evidencia incluía una «hoja de ruta» para el caso del gobierno contenida en una versión anotada de la acusación que hace coincidir las pruebas con los párrafos de los documentos de acusación.
Eso está en un conjunto básico de 47.000 páginas de «documentos clave» entregados al equipo de Trump, dijo la fiscal.
El abogado de Trump, John Lauro, calificó la idea de que podrían llegar a juicio en cuatro meses como «un ultraje a la justicia».
Levantando la voz a veces, argumentó que necesitaban mucho más tiempo para prepararse y dijo que la sugerencia del gobierno de que ya podrían estar revisando el material que tenían las agencias gubernamentales, como los registros de la Casa Blanca con los Archivos Nacionales, era «absurda y ridícula».