Redacción. La imagen de los influencers podría sufrir una drástica transformación. Un estudio reciente de Casino.org reveló cómo lucirían en el 2050 y el resultado es más escalofriante que cualquier filtro de Halloween.
Los investigadores muestran un modelo con piel dañada, joroba, fatiga visual, rostro distorsionado y calvicie.
La protagonista de esta visión es Ava, una modelo digital encorvada y con mirada perdida, como si viniera de una versión postapocalíptica de TikTok. Con ella, sus creadores buscan demostrar que la obsesión por la perfección digital tiene un costo físico enorme.

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Aunque la vida de los influencers parezca envidiable, su estilo de vida sedentario, el exceso de pantallas, la sobreexposición a luces LED, el uso abusivo de cosméticos y la presión constante por encajar en estándares irreales pueden dejar marcas que ni el mejor filtro oculta.
La joroba de Instagram
La postura encorvada, el “cuello tecnológico” y el dolor crónico son algunos de los síntomas. Expertos afirman que el uso prolongado del celular en una posición inclinada provoca trastornos musculoesqueléticos, dolor cervical e incluso deformaciones físicas permanentes. Apenas estamos en 2025 y ya vemos estos efectos.
La iluminación LED, el maquillaje excesivo, productos agresivos para la piel y la cirugía estética mal dosificada son los mayores enemigos del cutis. Ava nos muestra el resultado de años de sobrecorrección facial dejando ver pómulos inflados, barbilla puntiaguda y una textura artificial.
Cansancio
Sus ojos apagados y con bolsas no pasaron desapercibidos en la representación. El exceso de pantallas y la constante revisión de likes, mensajes y colaboraciones cobra su precio: visión borrosa, ojos resecos y fatiga visual crónica. Las pantallas también alteran el sueño, y el insomnio digital es una realidad.
Adiós al cabello
Ava también tiene señales de alopecia por tracción, algo que provocan las extensiones, peinados forzados y la obsesión por mantener una melena «perfecta» 24/7.

La dermatóloga Aamna Adel advierte que esta pérdida puede volverse irreversible. Ni los tratamientos turcos salvarán a estos influencers.
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Casino.org no solo buscó asustar con Ava. El estudio sirve como advertencia que aunque el estilo de vida de un influencer ofrece acuerdos con marcas de renombre y viajes exóticos, la búsqueda incesante de algoritmos, la presión por los estándares de belleza y la creación constante de contenido pueden tener consecuencias visibles para el cuerpo y la mente.
