Redacción. La fatiga durante la menstruación es un síntoma frecuente que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Este cansancio no sólo es una molestia pasajera, sino que en muchos casos puede afectar seriamente la calidad de vida, interfiriendo con el trabajo, el descanso y las actividades diarias.
Causas fisiológicas y hormonales
Durante la menstruación, el cuerpo femenino realiza un esfuerzo físico considerable. La Dra. Kelly Culwell, ginecóloga y exdirectora médica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica que el proceso de desprendimiento del revestimiento del útero, acompañado por contracciones uterinas, consume gran cantidad de energía. Esto puede provocar un estado general de agotamiento.
Además, las fluctuaciones hormonales propias del ciclo menstrual juegan un papel fundamental. La disminución de estrógeno y progesterona antes y durante el periodo menstrual puede generar una caída en los niveles de energía e inducir síntomas similares a los de la depresión, como tristeza o irritabilidad.
Estas variaciones hormonales también afectan el sueño. El ciclo menstrual puede alterar el ritmo circadiano y aumentar la temperatura corporal basal, dificultando así un descanso reparador. Estudios publicados por Women’s Health vinculan estas alteraciones del sueño con un mayor nivel de fatiga durante el periodo.

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Factores nutricionales y médicos
El sangrado menstrual abundante es una causa frecuente de fatiga intensa. Según la Dra. Kristin Markell, ginecóloga en Arkansas, el flujo excesivo puede provocar deficiencia de hierro y anemia, condiciones que reducen la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno, generando debilidad, palidez, dificultad para respirar y latidos cardíacos irregulares.
En estos casos es recomendable realizar análisis de sangre para evaluar los niveles de hierro y recibir tratamiento oportuno con suplementos o cambios en la alimentación.
La fatiga menstrual puede ser además un síntoma de otras enfermedades ginecológicas como la endometriosis o los fibromas uterinos, que provocan dolor crónico y sangrado abundante, o trastornos endocrinos como el hipotiroidismo, que alteran el metabolismo y generan cansancio prolongado.
Impacto emocional y salud mental
La fatiga menstrual también puede afectar la salud emocional. El Trastorno Disfórico Premenstrual (TDPM) se caracteriza por síntomas como irritabilidad, ansiedad, tristeza profunda, alteraciones del sueño y pérdida de interés en las actividades habituales. Estos síntomas, combinados con fatiga, pueden deteriorar significativamente la calidad de vida.
Recomendaciones para manejar la fatiga menstrual
Para mitigar el cansancio, los especialistas aconsejan mantener una rutina de actividad física moderada, como caminatas diarias o ejercicios suaves, que pueden mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño. También es importante seguir una dieta equilibrada, mantenerse bien hidratada y asegurar un descanso adecuado.
El uso de analgésicos de venta libre puede aliviar los dolores menstruales que contribuyen al agotamiento. Sin embargo, si la fatiga persiste o empeora, se debe buscar atención médica para un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Señales de alerta: cuándo acudir al médico
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Fatiga intensa y prolongada que afecta la vida diaria.
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Sangrado menstrual muy abundante o irregular.
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Síntomas de anemia como palidez, dificultad para respirar o latidos irregulares.
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Dolor pélvico severo y persistente.
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Cambios emocionales significativos, como tristeza profunda o irritabilidad constante.
Ante cualquiera de estas señales, es fundamental consultar con un profesional de la salud para descartar condiciones subyacentes y recibir un tratamiento personalizado.
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