Olancho, Honduras.- Familiares y amigos dieron el último adiós a los restos del ciudadano Alis Dagoberto Santos López, uno de los migrantes que murió en el incendio que se registró en una estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, en México.
Fue ayer en horas de la noche cuando arribaron al país, los cuerpos de los hondureños que murieron en el siniestro, el cual hasta la fecha sigue en investigación.
Entre los cadáveres, se encontraba el del Santos López, quien era originario de la aldea de La Jagua, en la ciudad de Catacamas, en Olancho.
En medio de un clima de dolor y consternación familiares no podían creer que su ser querido, que meses atrás había salido de Honduras para buscar un mejor futuro, perdiera la vida producto de un incendio.
Fue un buen padre
En declaraciones a un medio local, la señora Juana López, madre de la víctima, dijo que es un duro golpe mirar a su hijo dentro de un ataúd.
Ella comentó que su hijo se fue porque quería darle una mejor vida, pues no la quería «ver sufriendo».
«No pensé que mi hijo iría a morir en el camino», manifestó la madre del hombre de 42 años, quien estaba casado y era padre de familia.
Delmys Jiménez, viuda de Dagoberto Santos, relató que el plan era que se fueran los dos, pero al final partió él primero y dijo que después la mandaría a traer.
Confesó que ella nunca estuvo de acuerdo en que se fuera, pues sentía que algo malo podría pasar.
Sin apoyo del gobierno
En el barrio Los Mangos, en Choluteca, también otra familia vela los retos del hondureño José Ángel Ceballos, quien es otra de las víctimas de la tragedia.
Los familiares expresaron que José Ángel era un buen hombre que quería llegar a Estados Indios para buscar una mejor vida.
De igual forma, denunciaron que no han recibido apoyo de los gobiernos (México y Honduras).