CORTÉS. Un lío que empezó con una tablet se ha convertido en la mayor pesadilla de una familia en la Rivera Hernández, zona norte de Honduras. Dejaron su hogar y pertenencias y se refugiaron en una posta policial porque mareros les dan persecución para matarlos.
La familia Martínez Cruz, entre preocupación y miedo, huyó de su casa con apenas las prendas que vestían y quizá una mudada más. Ya tienen más de dos días durmiendo en la posta policial del populoso sector de San Pedro Sula.
En ese sentido, contaron a las autoridades que los pandilleros han asesinado a tres miembros de su familia; entre ellos, a dos menores de edad. Fidelina Cruz, la mujer al mando del hogar, comentó que el problema empezó hace más de un mes.
Uno de los miembros de la pandilla que domina la colonia Jerusalén en La Lima, robó la tablet al nieto de Fidelina. Rosa Reyes, madre del pequeño, se molestó y sin temor alguno lo buscó y le reclamó por su accionar y pidió que devolviera el aparato.
El sujeto respondió que no se metiera en problemas y que si quería la tablet que fuera a buscarla a la casa de empeños. Según le dijo el pandillero a Reyes, la ofrecieron para obtener dinero a cambio.
Sin embargo, la madre del menor decidió acudir a las autoridades y poner la respectiva denuncia. La furia de la estructura criminal se desató contra la familia desde ese momento, según explicó doña Fidelina Cruz.
Tras ese incidente, el malestar quedó en los criminales. Al menos diez días después, la pandilla secuestró a uno de los hijos de Rosa Reyes. El pequeño de apenas 17 años de edad fue asesinado a sangre fría en ese sector; todos sabían quiénes eran los autores.
Asimismo, cinco días luego, Rosa y su otro hijo de 15 años fueron privados de su libertad y no se volvió a saber nada de ellos. La familia se enteró que ambos fueron asesinados y enterrados en una zona de la colonia Jerusalén.
¿Su delito? Denunciar que les robaron algo que les pertenecía. A pesar de las tres muertes y el luto en la familia, los problemas no han terminado. El martes 13 de febrero, a eso de las 11:00 p.m., sujetos llegaron hasta su hogar.
Con brutales patadas a la puerta, gritaron que buscaban a Roger Estrada; quien es el padre de los dos menores asesinados y esposo de Rosa, que también murió. Los sujetos, con armas tipo fusiles y pistolas y además encapuchados decían que querían hablar.
Mareros los buscan para matarlos en SPS
Doña Fidelina, se negó a entregar a su hijo Roger. En cambio, no abrió la puerta y le pidió que escapara por la puerta de uno de los dormitorios que conduce al solar.
Huyó rápidamente y se lanzó hacia un barranco, cayó en una laguna y ahí estuvo escondido. Mientras tanto, en su hogar, los pandilleros lograron entrar y amenazando a toda la familia les ordenaron colocarse bocabajo.
Roger, escondido, llamó a los agentes policiales del sector. Una patrulla llegó a recogerlo y lo llevaron a resguardar a la posta. Sus familiares, en horas de la madrugada del miércoles lograron dejar su hogar y refugiarse en el mismo lugar.
Ya reunidos, contaron todos los detalles a las autoridades. Aseguraron que los criminales los amenazaron que si dejaban la casa los iban a matar. Aterrorizados y sabiendo que era cuestión de tiempo para que llegaran a por ellos, escaparon dejando todos sus logros y pertenencias atrás.
Al quedarse sin alternativas, la familia expresó que el paso a seguir es pedir asilo político en otro país. Todos saben que si se quedan en Honduras, los pandilleros los van a asesinar. Además, ante la poca posibilidad de recibir protección aquí prefieren luchar en otra parte donde sí puedan dormir y vivir en paz.
