Redacción. El reciente incremento en los retrasos de cirugías y consultas médicas, así como el desabastecimiento, ha puesto en evidencia una vez más el colapso de un sistema de salud pública plagado por la falta de planificación que depende como única alternativa de las compras directas para resolver las crisis que constantemente enfrenta.
El pasado lunes 25 de noviembre, decenas de pacientes del Hospital Materno Infantil esperaban por una ansiada cirugía que fue frustrada por la supuesta falta de algodón en el nosocomio.
No solo los menores sufren la falta de atención, pues más de 6,000 hondureños continúan esperando intervenciones quirúrgicas. Según las autoridades, estas no se hacen, entre otras situaciones, por falta de especialistas y quirófanos.
Relacionado con ello, en los últimos días se ha reportado una sobresaturación en las consultas médicas de los principales hospitales del país.
Compras directas
Desde la eliminación de un paquete de fideicomisos, que incluía uno de insumos y medicamentos, en el año 2022 por parte del Congreso Nacional, el Estado se ha visto obligado a recurrir a más de una veintena de compras directas para abastecer los centros de tención médica, una práctica que para muchos expertos crea incertidumbre, desconfianza y ahonda más a crisis.
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Suyapa Figueroa, doctora y diputada del Congreso Nacional, señaló a Diario Tiempo que esta ha sido una práctica común del actual gobierno con cada emergencia sanitaria que se declara. Sin embargo, enfatizó en que este procedimiento se ha prestado a compras sobrevaloradas y a situaciones de corrupción, poniendo en duda la transparencia.
De acuerdo con el portal de transparencia, vinculado a Honducompras, desde el 2022 hasta la fecha, en el Hospital Escuela han realizado unas 24 compras y contrataciones directas vinculadas a la adquisición de material quirúrgico, misma que la Secretaría de Salud (Sesal) realizó en tres ocasiones: 2022, 2023 y la reciente por la crisis enfrentada por la fatal de algodón.
A criterio de Figueroa, al gobierno no le ha quedado otra opción que recurrir a compras directas hasta de más de 49 millones de lempiras, por la soberbia de quienes dirigen el sistema de salud.
Importancia de las licitaciones
Además, dijo que la decisión de eliminar el fideicomiso de manera abrupta, sin una previa revisión y un segundo plan, fue un error que hasta la fecha resiente la salud del pueblo hondureño.
Y es que al utilizar el recurso de las compras directas, el Estado renuncia a las licitaciones que permiten una serie de verificaciones de garantías como: los procesos de seguimiento y farmacovigilancia, la investigación de la calidad de los medicamentos e insumos y las negociaciones de precios más favorables.
“El estado siempre pierde, y siempre quienes manejan los fondos han buscado las maneras para ver cómo se benefician ciertos sectores” aseguró.
Problema provocado
Acotó que este podría ser un problema provocado por las mismas autoridades para pagar favores políticos y beneficiar a farmacéuticas involucradas en las compras directas de insumos y medicamentos.
“Para que haya corrupción dentro del Estado tiene que haber un grupo económico que financie las campañas políticas para que lleguen al poder. Luego hacen estos negocios que ahora tienen al Estado buscando la forma de hacer compras directas”, explicó.
Tercerización en quirófanos
Finalmente, la doctora no descartó que el gobierno esté buscando tercerizar el servicio de cirugías con hospitales privados, tal como ocurre con los pacientes renales, cayendo así en la privatización de un servicio más de la salud.
“No quiero pensar que esto se deba a que quieran pagar quirófanos privados, porque el Estado no garantiza el derecho a la salud”, concluyó.
“Pan para hoy, hambre para mañana”
Por su parte, Óscar Sánchez, delegado del Colegio Médico de Honduras (CMH), para la zona norte, califica las compras directas como salidas fáciles y sin sentido, teniendo en cuenta el tamaño de la crisis.
“No se han hecho licitaciones grandes para comprar insumos y medicamentos. Estamos con esas compras directas que lo que reflejan es ‘Pan para hoy, hambre para mañana’, porque lo que se compra inmediatamente se consume”, externó.
Además, criticó la falta de ejecución presupuestaria, la falta de capacidad en los altos mandos y la falta de planificación que contribuye al déficit del cumplimiento del presupuesto.
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Mora quirúrgica
Para mitigar la saturación hospitalaria y mora quirúrgica, recomendó a la Sesal ampliar los horarios de atención médica par agilizar las citas. Asimismo, recalcó la necesidad de contratar más personal e incentivarlo para evitar la fuga de talentos.
Mientras que Blanca Munguía, experta en temas de salud, lamentó que la crisis que vive el sistema sanitario afecta a millones de hondureños diariamente. A su vez, recriminó que en lo que a la mora quirúrgica respecta, la Sesal no tenga o no quiera mostrar cifras claras de los pacientes afectados.
“Hemos conversado con directores de hospitales, pero lamentablemente su exposición es que no hay avances en querer mejorar la mora quirúrgica. Nuestro último dato con cierre a junio mostraba una lista de 7,800”, detalló.
La especialista coincide en que la falta de especialistas continúa aumentando, haciendo énfasis en que esto y otra serie de problemas se pudieron haber evitado con más voluntad política.
“Honduras no tiene un plan de país que logremos ver hacia donde queremos llevar el sistema de salud. Sin el presupuesto correcto, sin las alianzas correctas, entonces la agenda se absorbe en crisis y las autoridades se diluyen atendiendo crisis. Pero no (están) promoviendo un sistema de salud universal con el derecho que compete a los pacientes”, explicó.
Oscuro panorama
Los tres expertos concluyen en que se debe terminar la politización de la salud hondureña con acciones de consensos y no de confrontación. Además, señalan que Carla Paredes, ministra de Salud, y su equipo de trabajo, ha fallado en la gobernabilidad y la falta de visión hacia el futuro.
La crisis sanitaria continúa en aumento, siendo miles de hondureños los más afectados por la improvisación que parece predominar en las decisiones de la Sesal. De seguir así, especialistas avizoran un 2025 complicado tanto para pacientes como para el personal de salud que debe afrontar los problemas con herramientas limitadas.