San Pedro Sula. En Honduras, la falta de ejecución de los presupuestos destinados a proyectos en beneficio de la población se atribuye a que muchos alcaldes toman decisiones pensando en su futuro político orientados a la reelección, afectando la calidad y la equidad en la distribución de los recursos públicos. Además, en muchos casos, los alcaldes no tienen la formación adecuada en el manejo de presupuestos, señaló Nelson Lobo, presidente ejecutivo de la Comisión de Acción Social Menonita (CASM).
Los problemas de gestión municipal y deficiencias en la ejecución del presupuesto anual los afrontan en la actualidad municipalidades como la de Choloma, donde la administración a cargo del alcalde, profesor Gustavo Mejía, ha reflejado que en el 2024 no se llevaron a cabo 151 obras comunitarias por un monto aproximado de 186 millones de lempiras. Lo mismo sucede en otras municipalidades.
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Según el economista Nelson Lobo, lo que ocurre a nivel nacional refleja una tendencia en los gobiernos locales. En los primeros años de gobierno de la presidenta Xiomara Castro, se justificaron los bajos niveles de ejecución presupuestaria debido a la falta de experiencia. Sin embargo, en los últimos años, esa justificación ya no es válida, manifestó Lobo.
Inexperiencia en los gobiernos locales
El economista Lobo señaló que esta falta de experiencia en el manejo del presupuesto también es evidente en los gobiernos locales.
Además, muchos temen ser demandados por el uso indebido de los recursos. Un temor relacionado con la incapacidad de sus asesores financieros para guiarlos de manera adecuada, imposibilitando que los recursos sean utilizados de manera eficiente y legal.
«Varios alcaldes temen ser demandados por el Tribunal Superior de Cuentas (TSC). Lo que podría afectar su imagen y asociarse con corrupción o malversación de fondos públicos», añadió Lobo.
El impacto en la comunidad
A consideración de Lobo, al final, los más perjudicados son los ciudadanos; los niños, que no tienen acceso adecuado a la educación; los campesinos, cuyos cultivos no reciben el apoyo necesario; y los conductores, que deben transitar por carreteras mal mantenidas.
Además, el aumento en el costo de la canasta básica y el precio elevado de los productos, debido al alto costo del transporte y los insumos, afecta a las familias más vulnerables.
El rol de los alcaldes y la política local
El presidente de CASM, Nelson Lobo, precisó que los alcaldes son políticos, no administradores capacitados para la gestión empresarial. Aunque son responsables de ejecutar políticas y de liderar la gestión de los recursos públicos, no siempre tienen las habilidades necesarias para administrar de manera eficiente las corporaciones municipales.
Además, el enfoque político-partidario prevalece, lo que a menudo resta capacidad para una verdadera gestión comunitaria.
—– También la falta de transparencia y conocimiento sobre los presupuestos municipales afectan a las comunidades, según el economista Nelson Lobo
Lobo sugiere que, aunque la política partidaria es inherente al cargo de alcalde, sería recomendable contar con una gerencia profesional, no partidaria. Esa se encargaría de gestionar de manera eficiente los recursos de las corporaciones municipales.
Asimismo, la parte política y estratégica debería ser responsabilidad del alcalde, mientras que la ejecución de programas y proyectos debería estar liderada por un gerente profesional que no esté ligado a intereses partidarios.
Sociedad Civil politizada
Lobo también destaca la falta de exigencia en cuanto a la formación educativa de los alcaldes y otros políticos. En muchos casos, no se requiere que un alcalde o un candidato presidencial tenga estudios universitarios completos, lo que limita su capacidad para manejar de manera adecuada los recursos públicos.
Además, lamentó que la sociedad civil se haya politizado y perdido su capacidad crítica.
“La falta de transparencia y la falta de conocimiento sobre los presupuestos municipales son otros problemas que afectan a las comunidades. Si la planificación presupuestaria proviniera de la base, las comunidades podrían entender mejor cómo se gestionan los recursos. Pero en muchos casos, los presupuestos no se socializan y la comunidad no sabe qué está disponible para su beneficio”, cuestionó el economista.
Dádivas
En conclusión, el especialista en temas económicos manifestó que la planificación de los presupuestos en los gobiernos locales sigue un modelo de arriba hacia abajo, en lugar de basarse en las necesidades reales de las comunidades.
“Esto hace que la comunidad no se sienta apropiada de lo que le corresponde, y por lo tanto, cada vez que el gobierno les lleva algo, lo perciben como una dádiva y no como un derecho”, apuntó.
Refirió que de no producirse un cambio en la forma en que se administran los recursos públicos, tanto a nivel central como local, los problemas persistirán. Cuando las causas se mantienen constantes, los efectos también lo serán.