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martes, abril 23, 2024

Confundir hambre con cansancio también engorda

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REDACCIÓN. Sabemos que llevar una dieta con muchas calorías, consumir comidas rápidas con frecuencia, tomar refrescos azucarados y permanecer mucho tiempo inactivo son hábitos que pueden contribuir al aumento del peso corporal.

Pero hay otros factores favorecedores del sobrepeso igualmente importantes que están relacionados con nuestro estilo de vida y estado psicoemocional, como no dormir lo suficiente.

La falta de regularidad en los horarios alimenticios y comer en compañía de personas que descuidan su alimentación también son otros hábitos o conductas que favorecen que engordemos y que está a nuestro alcance corregir.

Pero hay un factor poco conocido que favorece el sobrepeso y pasa inadvertido para la mayoría de la gente. Este es confundir el hambre con el sueño, advierte la nutricionista Fran Sabal.

De entrada, suena raro, porque las ganas de comer y las de dormir parecen ser dos sensaciones muy diferentes entre sí. Pero esta confusión perceptiva es un fenómeno más frecuente de lo que se cree, asegura esta experta.

Existe una larga lista de los factores relacionados con nuestro estilo de vida y hábitos que nos predisponen al sobrepeso, en algunos caso hasta confundir el sueño con hambre

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Sueño

Desde esta perspectiva, el sueño tiene un papel fundamental sobre nuestro peso, por lo que es vital no solo poder conciliarlo bien y dormir de la mejor forma posible, sino porque además evita confundirlo con el hambre, «lo que conduce a ingerir más comida cuando, en realidad, lo que estamos necesitando en ese momento es dormir más y mejor», explica un experto.

Muchas veces, al sentirnos cansados, pensamos que tenemos hambre o que necesitamos alimentos para poder conseguir más energía, pero lo que realmente necesitamos es descansar. Por esa razón, hay momentos en los que confundimos la necesidad de sueño con una sensación de hambre.

Antes de comer, lo ideal es sentarse, respirar sosegada y profundamente, conectar con nuestro cuerpo y sus sensaciones y preguntarnos: ¿qué estoy sintiendo realmente? ¿En verdad tengo hambre?


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