Redacción. La preocupación crece entre empresarios hondureños ante un panorama económico cada vez más restrictivo para la inversión. Con tasas de interés que oscilan entre el 19 % y 21 %, varios sectores productivos aseguran que se está llegando a niveles insostenibles.
“Esas son prácticamente tasas de usura. Por eso, muchos colegas del rubro prefieren emigrar a otro país. Es lamentable que Honduras ya no solo esté exportando migrantes, sino también empresarios, debido a la falta de apoyo. ¿Qué proyecto puede ser rentable con esos costos financieros?”, detalló el empresario René Bendaña.
Desde la óptica empresarial, el problema no se limita al acceso al crédito, sino a una reacción en cadena que se está gestando por la falta de respuestas claras del Gobierno de Honduras.
“Entiendo la lógica de querer bajar la inflación, pero lo que se está logrando con esta política es que, en lugar de exportar productos, estamos exportando empresarios”, advirtió Bendaña en una rueda de prensa.
El malestar apunta también hacia la ausencia de seguridad jurídica, la inestabilidad de las reglas del juego y la falta de incentivos que permitan a los negocios operar en condiciones óptimas. “Necesitamos optimismo, estabilidad legal, dinero competitivo, con tasas competitivas”, insistió.
Uno de los principales reclamos está relacionado con la energía eléctrica. “No solo se trata de tener energía, sino de que sea constante, estable y de buena calidad. Yo tengo mi propia planta, pero no puedo poner una línea nueva porque no hay energía disponible en el sector”, denunció.
En contraste, citó el ejemplo de El Salvador, donde el gobierno está subsidiando la energía para la producción, ofreciendo hasta 12 centavos de dólar por kilovatio. “Allá hay condiciones reales para que las empresas se desarrollen por sus propios medios. Aquí, en cambio, se subsidia el consumo y se castiga la producción”, lamentó.
Pérdidas del sector productor en Honduras
Según datos del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), más del 60 % de las empresas medianas y grandes han reportado dificultades para acceder a financiamiento competitivo en el último año. Esto coincide con un aumento de cierres de operaciones y traslados de inversión hacia otros países de Centroamérica.
“Ustedes (refiriéndose a los medios) son un termómetro de la economía. Díganme, ¿hay más empresas que se van o que vienen? En las reuniones que he tenido, el sentimiento generalizado es: vámonos de aquí. Busquemos operar en otro lado”, dijo Bendaña.
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Finalizando, los empresarios enviaron un mensaje a las autoridades: “Necesitamos que nos digan, vengan para acá, que nos ofrezcan tranquilidad, reglas claras y condiciones reales para crecer. Si un negocio no sale adelante, que sea por sus propias deficiencias, no por un sistema que lo ahoga”.