Redacción. Un niño de apenas dos años falleció en la localidad de Valls, en la provincia de Tarragona, España, tras haber sido dejado durante varias horas en el interior de un vehículo expuesto directamente al sol.
Según los informes preliminares, el trágico suceso ocurrió en plena ola de calor, con temperaturas que superaron los 32 °C durante la mañana y que continúan marcando récords en todo el país, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
La emergencia se registró alrededor de las tres de la tarde, cuando los servicios de rescate fueron alertados de la presencia de un menor inconsciente dentro de un vehículo estacionado en la calle dels Manyans, en las afueras de la ciudad.
A su llegada, los Bombers de la Generalitat y el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) encontraron que la puerta del coche ya había sido abierta por el padre del menor, quien fue localizado en un restaurante cercano.
Pese a la rápida intervención y a las maniobras de reanimación cardiopulmonar practicadas por el personal sanitario, no fue posible salvarle la vida. “Todo apuntaría a una negligencia de parte del padre. Estuvo toda la mañana en el coche, hasta un adulto habría fallecido. En un coche cerrado en pleno sol, es imposible que sobreviva”, declaró un portavoz de los Mossos d’Esquadra.

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Detención
Esta tragedia se produce en el contexto de una intensa ola de calor que azota a gran parte del país. De hecho, ya se han registrado otras víctimas mortales relacionadas con las temperaturas extremas.
Este escenario refuerza la urgencia de tomar medidas preventivas eficaces y de concientizar a la población sobre los peligros asociados a fenómenos climáticos extremos. Asimismo, es clave fortalecer los sistemas de alerta temprana y protección civil para reducir el impacto de estos eventos en la salud pública.
España, uno de los países europeos más afectados por el cambio climático, ha vivido en los últimos tres años sus periodos más calurosos desde que se tienen registros. El aumento de fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor y tormentas intensas, es una consecuencia directa del calentamiento global, tal como advierten los científicos.

Este lamentable incidente ha reabierto el debate sobre la responsabilidad parental, la prevención de accidentes infantiles y la necesidad urgente de reforzar la conciencia ciudadana. En particular, frente a los riesgos que implican las altas temperaturas, especialmente para los más vulnerables.