Redacción. El dramaturgo sudafricano Athol Fugard, reconocido por sus poderosas obras contra el régimen del apartheid, ha fallecido a los 92 años.
La noticia fue confirmada por el alcalde de Ciudad del Cabo, Geordin Hill-Lewis, quien señaló que el autor murió el sábado en su casa en Stellenbosch, tras una larga enfermedad.
Fugard, quien también destacó como novelista, actor y director, había forjado una profunda conexión con la ciudad de Ciudad del Cabo, donde cursó sus estudios universitarios de filosofía y antropología antes de dedicarse a las artes.
Trayectoria artística y compromiso con la lucha social
Fugard nació en Middelburg, Sudáfrica, el 11 de junio de 1932, y desde temprana edad estuvo expuesto a las dificultades de la vida. Criado en la pobreza, fue testigo directo de las injusticias del sistema de segregación racial que imperaba en su país. A lo largo de su carrera, escribió más de 30 obras de teatro, muchas de las cuales abordaron las consecuencias del apartheid en Sudáfrica, la lucha por la dignidad humana y la resistencia frente a la opresión. Su obra más conocida, Blood Knot (1961), fue un punto de inflexión en su carrera, consolidándose como una de las voces más importantes del teatro mundial.
Entre sus otras obras más destacadas se encuentran Boesman and Lena (1969), Sizwe Banzi is Dead (1972), The Island (1972), Tsotsi (1980) y The Road to Mecca (1984). Su obra Tsotsi, la adaptaron al cine y ganó un premio Oscar en 2005. A pesar de las restricciones del apartheid, muchas de sus obras fueron producidas y representadas fuera de Sudáfrica. Esto permitió que su mensaje llegara a un público internacional.
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El Teatro Fugard
En reconocimiento a su vasta contribución al arte y la cultura sudafricanas, en 2010 se inauguró el Teatro Fugard en el histórico Distrito Seis de Ciudad del Cabo.
A lo largo de su carrera, Fugard expresó en diversas ocasiones que su trabajo no se basaba en la rabia, sino en un profundo amor por su país y su gente. “Nadie puede quitarme lo que amo. Me gustaría creer que el amor es la única energía que he utilizado como escritor. Nunca he escrito con rabia, aunque la rabia ha influido en el amor”, dijo en una de sus reflexiones más célebres.
Legado perdurable
El legado de Athol Fugard no solo permanecerá en sus obras, sino en la inspiración que continuará brindando a las generaciones futuras. Ciudad del Cabo y Sudáfrica han perdido a un verdadero patriota, cuyo compromiso con la justicia, la igualdad y la resistencia ante la opresión permanecerá en la memoria colectiva.
Fugard deja atrás a su esposa, Paula, y a sus tres hijos. Su partida marca el fin de una era en el teatro sudafricano. Pero su influencia seguirá viva, guiando a todos aquellos que luchan por la justicia y los derechos humanos.
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