Redacción. El deterioro del equipo médico en el Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza ha dejado sin acceso a estudios de encefalograma a varios pacientes, generando preocupación entre familiares y afectados.
La imposibilidad de realizar este tipo de exámenes se debe a que las máquinas destinadas para ello se encuentran fuera de servicio, según denunciaron usuarios del centro asistencial.
Una de las afectadas es doña Lorenza, quien viajó desde Catacamas, Olancho, con la esperanza de que su familiar pudiera someterse al estudio. Sin embargo, al llegar al hospital le informaron de que el equipo está dañado y que no se están realizando los procedimientos.
«Nos dieron una cita para reclamar medicamentos el próximo 28 de mayo, pero el estudio que necesita mi pariente no se puede hacer aquí por ahora», lamentó.
Ante esta situación, la familia se ve obligada a buscar alternativas en otros centros médicos, lo que representa una carga económica y logística considerable.
Doña Lorenza hizo un llamado a las autoridades de salud para que intervengan con urgencia y gestionen la reparación de las máquinas. Se espera que el hospital pueda reanudar cuanto antes la realización de encefalogramas, estudios fundamentales para pacientes con trastornos neurológicos y psiquiátricos.
Mario Mendoza
El Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza es una institución especializada en la atención de personas con trastornos mentales. Su historia se remonta a 1926, cuando se inauguró el “Asilo de Indigentes”, que acogía a enfermos con trastornos psiquiátricos y demencia. En 1973, el hospital fue renombrado en honor al doctor Mario Amado Mendoza, especialista graduado en la Universidad de Perú, y se trasladó a su ubicación actual al suroeste del Hospital Escuela, gracias a donaciones del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
En 2017, el hospital inició un proceso de transformación con el objetivo de convertirse en el primer Instituto de Salud Mental del país, coordinando servicios públicos de salud mental y promoviendo la investigación y la docencia.
Este hospital recibe a pacientes adultos con enfermedades como depresión y ansiedad, a menudo relacionadas con experiencias traumáticas. La duración promedio de los tratamientos es de 21 días, aunque puede variar según las necesidades del paciente. Sin embargo, enfrenta desafíos, incluyendo infraestructura deteriorada, escasez de personal médico y administrativo, y limitaciones en los recursos disponibles.