Redacción. Un derrame cerebral es un accidente cerebrovascular que ocurre cuando una parte del cerebro se queda sin riego sanguíneo. Esto puede suceder porque las arterias que lo alimentan se obstruyen con las grasas y el colesterol o porque las arterias revientan, produciendo una hemorragia.
Hay dos tipos de derrames cerebrales: isquémicos y hemorrágicos. Un derrame cerebral isquémico ocurre cuando las arterias se cierran debido a la acumulación de grasa, colesterol o triglicéridos, haciendo que el tejido cerebral se quede sin oxígeno y sin alimentos.
En tanto, un derrame cerebral hemorrágico es aquel en el que la arteria del cerebro revienta y la sangre se derrama dentro del cráneo, provocando síntomas intensos o, incluso, la muerte de la persona.
Le puede interesar: Alarmante cantidad de casos de cáncer de colon en jóvenes
Derrame cerebral
Una reciente investigación, publicada en la revista Neurology, ha identificado tres factores de riesgo principales que aumentan significativamente la probabilidad de desarrollar un derrame cerebral severo. El estudio involucró a 32 países y abarcó a casi 30 mil participantes con una edad promedio de 62 años.
Tras un análisis, los investigadores encontraron una serie de factores que determinan que una persona pueda desarrollar un derrame cerebral. Entre ellos se encuentran los siguientes:
- Sufrir de diabetes
- Tener colesterol elevado
- Fumar cigarrillos
- Abusar del consumo de alcohol
- Comer alimentos ultraprocesados
- Inactividad física
- Obesidad
- Estrés psicológico o social
Factores de riesgo
No obstante, el equipo de científicos fue un paso más allá con su estudio y encontró tres factores de riesgo que están relacionados con sufrir un derrame cerebral más grave, o sea aquel que deja a la persona completamente discapacitada. Estos factores son:
- Presión arterial alta no controlada
- Fibrilación auricular
- Tabaquismo
De igual importancia: Conozca los síntoma de cáncer intestinal para detectar la enfermedad a tiempo
Según expertos, existen casos moderados en los que la persona puede recuperarse del derrame cerebral. Es decir, no queda con secuelas que lo lleven a la cama o que sea dependiente de otras personas. Sin embargo, hay ataques cerebrales más severos en los que la persona puede quedar completamente paralizada de la mitad del cuerpo y va a necesitar una silla de ruedas para movilizarse o puede perder el habla, dependiendo del lado del cerebro afectado.